domingo, 27 de noviembre de 2011

Argentinos quieren se investigue los crimenes de Franco

LA QUERELLA EN ARGENTINA POR CRIMENES DE LA GUERRA CIVIL

Exiliados y sus descendientes argentinos movilizan la investigación por los 113.000 desaparecidos y los 30.000 niños apropiados durante la guerra. Y que Servini se instale en la embajada en Madrid a interrogar testigos.

El régimen franquista se apropió de treinta mil niños. Chicos vueltos grandes, hoy abuelos que llevan un apellido impropio, una historia trunca. Ni hablar de las cifras de españoles fusilados, enterrados en fosas comunes y anónimas. España calla pero, contra la impunidad de esos crímenes, avanza una demanda impulsada desde Argentina. Esta semana, los querellantes –españoles radicados aquí y argentinos descendientes de las víctimas– pidieron a la jueza federal María Servini de Cubría que cruce el charco y “se constituya en la embajada argentina en España” para recibir denuncias y testimonios de víctimas. Además, sus abogados rechazaron, punto a punto, los argumentos de la Fiscalía General española que asegura que en ese país se “han tramitado y se están tramitando” los procedimientos judiciales en ese sentido.

“Tras 40 años de dictadura y 35 de democracia, en España no sólo no existe siquiera una Comisión de la Verdad a modo de las que se instituyeron en numerosos países, incluido el nuestro, (si no que) no hay un solo niño a quien se haya restituido su identidad. No hay un solo victimario que haya sido identificado, uno al que siquiera un juzgado le haya tomado declaración, ni un imputado por la comisión de alguno al menos de los múltiples, masivos, generalizados crímenes cometidos”, argumenta el texto entregado por los denunciantes a la jueza, y al que tuvo acceso Página/12.

Entonces, señala el mismo documento, “corresponde” que la jurisdicción argentina investigue los delitos contra la humanidad ocurridos entre 1936 y 1977, procese a sus responsables y repare a las víctimas “de tanto crimen impune”. “Lo que solicitamos en esta última presentación son, ya no medidas probatorias, sino acciones concretas referidas a los querellantes y al pueblo español en sí”, explicó Máximo Castex, uno de los abogados del equipo de letrados que representa a los denunciantes. En esa línea, se instó a Servini de Cubría a que se traslade y reciba en la embajada nacional localizada en Madrid los testimonios y denuncias de víctimas.

La querella es acompañada entre otros organismos de derechos humanos por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica e inició la demanda el 14 de abril de 2010. La causa se basa en los mismos principios de derecho universal que permitieron al juez español Baltasar Garzón juzgar las dictaduras de Argentina y Chile, e incluso detener en 1998 a Augusto Pinochet. El primer paso de los letrados argentinos fue pedir a España explicaciones, es decir, preguntar si en ese país “se está investigando la existencia de un plan sistemático, generalizado, deliberado y planificado para aterrorizar a españoles, a través de su eliminación física, la desaparición ‘legalizada’ de menores de edad con pérdida de su identidad, entre 1936 y 1977”.

La respuesta enviada por la Fiscalía General española hace pocos meses destaca en el punto número 1 de sus conclusiones que “en España se han tramitado y se están tramitando en la actualidad numerosos procedimientos judiciales relativos a hechos delictivos cometidos durante la Guerra Civil Española y la posterior dictadura, tanto en la eliminación física de los ciudadanos partidarios de la República y de la forma democrática de gobierno, como la desaparición de menores”.

Sin embargo, las causas abiertas a las que se refieren las autoridades judiciales españolas “están paralizadas o archivadas”, puntualiza Castex, y detalla que además provienen “de la causa madre iniciada por Garzón”, que fue procesado y suspendido en su cargo por haber dado lugar al enjuiciamiento del franquismo. “Es absurdo –dispara– que se lo procese a Garzón por haber investigado y después se utilice su causa para decir que España está haciendo justicia.”

En tanto, “hay 113.000 cuerpos desaparecidos, 30.000 niños secuestrados, 2500 fosas sin abrir en las que se acumulan los cuerpos a montones”, contó a este diario Darío Rivas, de 91 años, cuyo padre murió fusilado por oficiales de La Falange en 1936, y es uno de los querellantes en esta causa. La fiscalía española asegura que están en curso “un importante número de supuestos de sustracciones o entregas ilegales de menores”, pero “no mencionan un solo tribunal actuante en esa línea de investigación, de lo cual se deduce sin dificultad que no existe ninguno”, responden los abogados argentinos.

Párrafo aparte, Castex critica que “queda a las claras que si realmente existiera voluntad de investigación, en vez de alegar que ‘ninguno de los denunciantes que presentó causas desde Argentina lo había hecho en España’, lo que tendrían que haber hecho (los fiscales españoles) es iniciar de oficio la investigación, como corresponde”.

Ese desinterés judicial se profundiza en el plano político. En julio último, el Congreso español rechazó una propuesta del Bloque Nacionalista Gallego que buscaba derogar la Ley de Amnistía española de 1977 para posibilitar la investigación de los crímenes de la dictadura franquista. Esa circunstancia, concluyen los abogados de la querella, “corrobora la falta de determinación y la imposibilidad de investigar por parte del Estado español”.

sábado, 19 de noviembre de 2011

La protesta de los indignados cobra vuelo

Por Boaventura de Sousa Santos *

Las huelgas generales eran comunes en Europa y en los Estados Unidos a fines del siglo XIX y en las primeras décadas del XX. Provocaron grandes debates dentro del movimiento obrero y de los partidos y movimientos revolucionarios (anarquistas, comunistas, socialistas). Se discutía la importancia de la huelga general en las luchas sociales y políticas, las condiciones para su éxito, el papel de las fuerzas políticas en su organización. Rosa Luxemburgo (1871-1919) fue una de las más destacadas presencias en aquellos debates. La huelga general –que nunca dejó de estar presente en América latina y resurgió con fuerza en la Primavera del Norte de Africa– está de vuelta en Europa (Grecia, Italia, España y Portugal) y en los EE.UU. La ciudad de Oakland, en California, conocida por la huelga general de 1946, volvió a recurrir a esa medida el pasado 2 de noviembre, y a comienzos de este año los sindicatos del estado de Wisconsin aprobaron una huelga general cuando la ciudad de Madison se preparaba para ocupar el edificio del Parlamento estadual –lo que concretó con éxito– en lucha contra el gobernador y su propuesta de neutralizar a los sindicatos, eliminando la negociación colectiva en la administración pública. ¿Qué significa esta reaparición de la huelga general? Si bien es cierto que la historia no se repite, ¿qué paralelismos se pueden hacer con las condiciones y las luchas sociales del pasado?

En ámbitos diferentes (comunidades, ciudades, regiones, países), la huelga general siempre fue una manifestación de resistencia contra una condición gravosa e injusta de carácter general, o sea, una condición capaz de afectar a los trabajadores, a las clases populares o hasta a la sociedad en su conjunto, aun cuando algunos sectores sociales o profesionales fuesen afectados más directamente. Limitaciones de los derechos civiles y políticos, represión violenta de la protesta social, derrotas sindicales en cuestiones relacionadas con la protección social, la deslocalización de empresas con impacto directo en la vida de las comunidades, decisiones políticas contrarias al interés nacional o regional (“traiciones parlamentarias”, como la opción por la guerra o el militarismo): éstas fueron algunas de las condiciones que, en el pasado, llevaron a la decisión de realizar una huelga general. A principios del siglo XXI vivimos un tiempo diferente y las condiciones gravosas e injustas no son las mismas que en el pasado. Sin embargo, en el nivel de las lógicas sociales que las rigen hay paralelismos perturbadores que fluyen en las profundidades del movimiento por la huelga general y un ejemplo es la convocada el próximo 24 de noviembre en Portugal. Ayer fue la lucha por derechos de los que las clases populares se consideraban injustamente privadas; hoy es la lucha contra la pérdida injusta de derechos por los que tantas generaciones de trabajadores lucharon y que parecían una conquista irreversible. Ayer fue la lucha por un reparto más equitativo de la riqueza nacional que generaban el capital y el trabajo; hoy es la lucha contra un reparto cada vez más desigual de la riqueza (confiscación de salarios y jubilaciones, incremento de horarios y ritmos de trabajo, impuestos y rescates financieros a favor de los ricos –el “uno por ciento”, según los ocupantes de Wall Street– y una vida cotidiana de angustia e inseguridad, de colapso de las expectativas, de pérdida de la dignidad y la esperanza para el “99 por ciento”). Ayer fue la lucha por una democracia que representara los intereses de las mayorías sin voz; hoy es la lucha por una democracia que, después de ser parcialmente conquistada, fue destripada por la corrupción, por la mediocridad y la pusilanimidad de los dirigentes y por la tecnocracia en representación del capital financiero al que siempre sirvió. Ayer fue la lucha por alternativas (el socialismo) que las clases dirigentes reconocían como existentes y por eso reprimían brutalmente a quien las defendiera; hoy es la lucha contra el sentido común neoliberal, masivamente reproducido por los medios de comunicación al servicio del capital, que sostiene que no hay alternativas al empobrecimiento de las mayorías y al vaciamiento de las opciones democráticas.

En términos generales, podemos decir que la huelga general en la Europa de hoy es más defensiva que ofensiva, busca menos promover un avance de la civilización que impedir un retroceso. Es por eso que deja de ser una cuestión de los trabajadores en su conjunto para ser una cuestión de los ciudadanos empobrecidos en su conjunto, tanto de los que trabajan como de los que no encuentran trabajo, como también de los que trabajaron la vida entera y hoy ven amenazadas sus jubilaciones. En la calle, la única esfera pública que todavía no han ocupado los intereses financieros, se manifiestan los ciudadanos que mayoritariamente nunca participaron en sindicatos o en movimientos sociales, ni tampoco se imaginaron manifestándose a favor de causas ajenas. De repente, las causas ajenas son las propias.

* Doctor en Sociología del Derecho, profesor en las universidades de Coimbra (Portugal) y Wisconsin (EE.UU.).
Traducción: Javier Lorca.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Yo comulgo plenamente con el pensamiento de Dario Rivas... Si por casualidad leyera estas líneas o alguien le halbara de mi, que tenga la seguridad de que siempre tendrá en mi todo el respeto que se merece, aunque personalmente no le conozca, pero las ideas y la justica que promueve me tocan en el alma... Le mando un abrazo y que vea en vida la culminación de esta lucha que encabeza. Miguel

Darío Rivas tiene 92 años. Llegó de niño a la Argentina y a los años se enteró de que su padre, alcalde en la provincia de Lugo, había sido fusilado por los fascistas. Hace un año inició una causa que pretende llevar a la justicia universal, ahora al otro lado del Atlántico. En una entrevista con Página/12 cuenta por qué lo decidió.

Por Rocío Magnani

Darío Rivas se despidió de su padre a los nueve años, cuando lo subieron a un barco rumbo a Buenos Aires. Lo volvió a perder a los 17, fusilado por oficiales franquistas, según le comunicaron en una carta; y le dijo adiós, por tercera vez, hace seis años, en el cementerio de Loentia, Galicia, donde logró enterrarlo tras décadas de búsqueda. Pero el hombre, gallego de raza, no se conforma ni olvida. Tiene casi 92 años y encabeza en la Argentina, donde vivió casi toda su vida, una denuncia para que los crímenes del franquismo no queden impunes. Pide justicia por su padre, Severino Rivas, que fue alcalde del ayuntamiento Castro de Rei, en la provincia de Lugo, cuando lo detuvieron y luego fusilaron “por traición a la patria”, el 29 de octubre de 1936.

El sol deslumbra la casita de rejas verdes de la calle Caxaraville, en Ituzaingó. Cruzando los primeros dormitorios, Darío Rivas espera en un banco de piedra del jardín, con la vista perdida o, quizás, la memoria aferrada a algún recuerdo. Viste de traje, corbata celeste y chaleco de lana. Acaba de regresar del centro porteño y, a pesar de los casi 92 años que cumplirá en febrero, lo hizo en tren. Sobre una mesa ratona de su living, amontona algunos artículos sobre su último viaje, en agosto pasado, a España, para participar de un foro en la Universidad de Salamanca. Además, aprovechó la visita para sumarse a la Ronda de la Dignidad en Puerta de Sol, que se hace cada jueves, en simultáneo con la que realizan las Madres de Plaza en torno de la Pirámide de Mayo. En esa manifestación denunció que a más de 75 años del inicio de la Guerra Civil, “los culpables no han sido juzgados, el gobierno de España no busca a sus desaparecidos y muchos niños secuestrados no conocen su verdadera identidad”. “Eso es una vergüenza, no de España sino de la humanidad –cree Rivas–. Es dejar vivo el antecedente de un genocidio impune que van a pagar las generaciones futuras. Por eso, si no lo hacen ellos, como debería ser, lo haremos desde aquí”, desde Argentina. “Lo haré yo, un viejo, desde Ituzaingó”, se ríe.

“(Francisco) Franco prometió antes de morir que detrás de él todo iba a quedar ‘bien atado’. Y así fue. En España siguen viviendo la dictadura franquista. El hizo las leyes, nos impuso el tipo de gobierno que quiso (monarquía parlamentaria) y nombró al rey (Juan Carlos de Borbón) como su sucesor. Dos años después de su muerte, en 1977, los funcionarios de la Falange sancionaron la Ley de Amnistía, que establece que nadie puede ser juzgado por crímenes políticos cometidos en esa época. Y desde entonces no cambió nada”, asegura Rivas a Página/12.

–Usted vino de muy chico a Buenos Aires...

–Cuando tenía nueve años.

–¿Qué recuerdos tiene de su padre?

–Y... de él me acuerdo mucho. Recuerdo que era un padre excepcional para esa época. Me ha llevado al teatro cuando yo era sólo un niñito de aldea para que conociera algo del mundo. Vivíamos bien. Yo era el más chico de nueve hermanos, mi madre había muerto cuando tenía cinco. Por ese tiempo, además de labrador, mi padre hacía durmientes para el ferrocarril. De todos modos, él sabía que mi futuro en España iba a ser malo y como acá tenía tres hermanos, me subió al barco. Cuando llegué al país, no había pisado nunca una escuela.

–Su padre, ¿ya era alcalde cuando usted emigró?

–No, eso fue unos años después, pero mi padre ya era un hombre de respeto. Cuando la República ganó las elecciones, lo primero que él hizo como gobernante fue traer un maestro del Estado y habilitar nuestra casa para poner la escuela. No cobraba ni alquiler, ni nada. En una oportunidad en que llego a España, un amigo mío me dice: “Oye, yo estudié en tu casa”. Y yo: “Mira qué negocio, tú estudiaste en mi casa, y yo tuve que hacer 12 mil kilómetros para ir al colegio”. Cuando llegó Franco, a los primeros que mataban era a los maestros, porque como daban un poco de inteligencia, los calculaban comunistas, rojos o lo que sea.

–Y él era socialista, ¿no?

–No. Ahí te equivocás, nena. A él le gustaba ayudar a los pobres y practicaba el socialismo del corazón, no como estos caudillitos de la sociedad española que dicen que son socialistas y no lo son. ¿Qué es ser socialista? ¿Zapatero es socialista? ¿El, que no hace nada para que se juzguen los crímenes de Franco? El socialismo hay que practicarlo con el corazón, no hablando. Si no, es una farsa. Hace algunos años, el ayuntamiento de Castro de Rei decidió ponerle el nombre de mi padre a una calle en homenaje a sus actos. Entonces, hicieron una evaluación de su gestión y lo que descubrieron es que le sobraban méritos. Así que allá está, la Rua Severino Rivas.

–¿Por qué actos lo distinguieron?

–Mi padre le daba algo de propiedad (de tierras) a la gente que no tenía nada que comer para que sembraran. Porque España fue un país feudal y se pasó hambre, aunque no lo dice nadie. Los únicos que comían eran los curas, los militares y los señores feudales. Estaba lleno de gente con tuberculosis. A mi padre primero lo procesaron por revolucionario porque no permitió que la gente pagara impuestos en una feria. El recaudador le preguntó por qué se metía y él respondió: “Pero si esta gente no vendió nada, ¡cómo le vas a pedir los impuestos y encima aumentados!”. Entonces el recaudador llamó a la Guardia Civil, que llegó a caballo, montando de a dos, y para reprenderlo, lo atropellaron. Mi padre no era hombre que se dejara tratar de esa forma, así que los bajó de la montura a los golpes. La conclusión del asunto: lo llevaron a la cárcel.

–¿Cómo se enteró de su asesinato?

–A los 17, por carta. Yo sabía que algo así podía pasar porque los militares en España siempre son los mismos: estudian para matar y casi toda la vida se les concreta la idea. Es un defecto de nacimiento, y no sólo de los españoles. Peor, si después no se condenan sus crímenes. En la Universidad de Salamanca me preguntaron si yo perdonaba a España... Y si perdonar significa callar u olvidar, no, yo no perdono. Yo acuso. Porque a España no le debo nada y porque si hago esto es por esperanza, jamás por rencor. Por eso, si el juicio no fuera bien o hubiera problemas, yo voy a renunciar a la ciudadanía española con una declaración por la permanente injusticia que se vive todavía.
Buscar verdad

“Papá, descansa en paz, te lo pide tu hijo mimado.” Esas palabras fueron las que, tras décadas de incertidumbre sobre el paradero de los restos de su padre, Darío logró grabar el 19 de agosto de 2005 sobre la lápida de la tumba de Severino Rivas Barja, a quien “asesinaron el 29 de octubre de 1936 los falangistas”. La placa concluye: “Volvió a casa para descansar en Paz”. Para ello, primero hubo que rastrear y exhumar sus restos.

–¿Cómo los encontró?

–Estaba de viaje en España en 2004, cuando entramos con mi sobrina a una casa de recuerdos en Portomarín. La mujer que atendía me contó que de muy joven había visto un hombre asesinado y tirado en la carretera, el cuerpo estaba tapado con un gabán. Yo recordaba que mi hermana le había regalado uno por esa época. Enseguida fui a ver al carnicero, que me llevó a ver a otro viejito que vivía al lado del cementerio y tenía enterrado a su padre allí. Pero mi padre resultó que estaba escondido detrás de una capilla de Cortepezas, a tres kilómetros de Puerto Marín.

–Empezó a investigar...

–Claro. Empecé con los viejos de esa zona y, entre ellos, uno recordaba haber visto su cuerpo tirado en la carretera y le tocó velarlo. El sabía dónde lo habían enterrado. El procedimiento de los falangistas era matemático para todo el mundo. Secuestraban, iban y sacaban a la persona de la casa, lo llevaban y lo mataban. Después, lo tiraban en la cuneta de la carretera boca arriba para escarmiento del pueblo. Y como no podía quedar el cuerpo allí, le avisaban a cualquiera para que después lo enterraran donde ellos decían.

–¿Hubo que reunir pruebas para que se autorizara la excavación?

–Sí, pero para eso estaban los registros del Archivo Histórico, que decían que lo fusilaban por “oposición a la autoridad” y “traición a la patria”. Están todas las constancias con las firmas de los falangistas, cuando le pedían al ejército y rogaban a Su Señoría que condenaran a Severino Rivas por traición a España. Cinco tiros le dieron los falangistas a mi padre, que por entonces tendría 58 años. Yo pensaba: “¡Pero cómo es que juzgan (así) a mi padre, si es que los traidores de la patria eran Franco y toda su camarilla!”. Finalmente, y con la ayuda de la Asociación de la Memoria, pudimos exhumar sus restos y enterrarlo en el panteón de la familia, en Loentia.

–Pasó casi dos tercios de su vida buscando a su padre, ¿cómo vivió las horas de exhumación?

–Tenía una gran ansiedad porque los restos habían quedado justo donde caía el agua desde la pendiente de un techo, fue muy poco lo que se recuperó y se tardó mucho tiempo. Pero sentí un gran alivio, estaba cumpliendo con mi padre. Mucha gente puede preguntarse para qué llevar flores al cementerio, si el muerto ni se entera. Pero soy yo el que necesito llevar las flores, no el muerto. Yo necesitaba encontrar algo de mi padre. Era como un mandato y una necesidad humana mía.

–¿Desde chico sentía esa necesidad?

–No, no te olvides que una cosa es cuando sos joven. Sabía que no me gustaba lo que había pasado y no pensaba volver a España nunca más. Era odio con el país porque me había tenido que ir para poder vivir, porque España no me mandaba al colegio, no me daba de comer y porque España me había robado a mi padre. Pero cuando fueron pasando los años, viajé a España y empecé a querer saber. Allá nadie me hablaba de mi padre. Había un silencio no cómplice, pero sí temeroso.

–¿Cómo es eso?

–Mis hermanos sabían dónde estaba y se llevaron el secreto a la tumba porque temían que yo hiciera algo y que me mataran a mí también. Recuerdo que la primera vez que volví a España fue en 1952, por pedido de mi mujer, que quería ver a una tía que tenía allá. Desembarcamos en el puerto de La Coruña y lo primero que vi fue a las mujeres de luto. Todas las mujeres y algún hombre de negro también, parados en la acera. Y es que iba a pasar un personaje, el mismísimo Franco, el animal ese en su coche blindado, rodeado de moros con capas de lujo haciéndole escolta. Ostentando, entre toda esa gente que había perdido a sus seres queridos. Todo era luto en España. Había mucho miedo.
Buscar justicia

Ahora, Darío Rivas quiere que los crímenes del franquismo no queden impunes. Aunque España no los juzgue, la causa que impulsó, que ya suma una decena de querellantes, apelará a los principios universales que impiden que los crímenes de guerra, por ser de lesa humanidad, prescriban.

–¿Por qué España nunca logró juzgar los crímenes de la Guerra Civil?

–Durante la dictadura, el pueblo no se animó a reclamar porque literalmente te cortaban la cabeza, ¿pero hoy? Por un lado, está la complicidad de ciertos sectores. Muestra de eso es que en el Parlamento se hayan negado en julio pasado a derogar la Ley de Amnistía de 1977 o que le hayan iniciado un prevaricato al juez (Baltasar) Garzón por tratar de investigar. Ni siquiera la Real Academia Española quiere reconocer a Franco como dictador.

–¿Y por la otra parte?

–Hay una idiotez del pueblo. En España se han perdido los sentimientos: los jóvenes no protestan por la impunidad y, a los viejos, Franco les puso tanto pánico que todavía algunos le temen hoy, en democracia.

–¿Qué quisiera que se logre con esta denuncia?

–Hay 113 mil cuerpos desaparecidos, 30 mil niños secuestrados, 2500 fosas sin abrir en las que se acumulan los cuerpos a montones. En el cementerio de Zaragoza se fusilaron 1500 contra el paredón. Es una vergüenza. Quiero que se juzgue al franquismo. Eso sería agarrar a los que queden vivos y hacer que Franco quede en la historia como un dictador y un criminal de lesa humanidad, y no en un mausoleo turístico del “Valle de los Caídos”. Que los cadáveres se recuperen para ser entregados a sus familias como héroes, y no como víctimas, porque no murieron producto de un accidente, fueron asesinados por un dictador. Muchos españoles piensan que si hay cuerpos en fosas comunes, “por algo será”. Yo no quiero que ese pensamiento exista. Me recuerda lo que escuchábamos acá en la dictadura: “Algo habrán hecho”.

viernes, 21 de octubre de 2011

Los intereses bastardos de Occidente se imponen en Libia

Gadafi asesinado vilmente: Un nuevo crimen de Occidente contra el mundo árabe y van... a someter todo si es que lo dejan...
Por: Carlos Aznárez

Finalmente lo lograron. Apresado vivo en su trinchera de combate de Sirte, el líder libio Muammar Gadafi sufrió lo que es común cuando se enfrenta al Imperio en cualquier parte del planeta. Sus captores le aplicaron con total impunidad la "ley de fuga" y lo asesinaron vilmente, para luego mostrar, una y otra vez, su cadáver sanguinoliento ante las cámaras de los lacayos de Al Yazeera, Reuter o la CNN. Los monstruos de la OTAN festejan su hazaña con risotadas y gestos desafiantes. Ellos, a los que la prensa del discurso único sigue denominando "rebeldes", "revolucionarios" o "combatientes", son en realidad un puñado de vulgares criminales que jamás podrán compararse con los auténticos luchadores de la Resistencia libia que durante ocho meses han aguantado a pie firme miles de bombardeos de la OTAN y el avance enloquecido de sus esbirros, armados hasta los dientes, pero definitivamente cobardes en el combate cuerpo a cuerpo.

El asesinato del líder libio es, sin duda un duro golpe para su pueblo pero no se puede hablar de una derrota definitiva. Eso es precisamente lo que temen los mandos occidentales de la OTAN, ya que allí está como ejemplo lo ocurrido en Iraq y Afganistán, donde la otrora "victoria" de los invasores se fue convirtiendo en un infierno, que los ha ido obligando a huir de lo que consideraban "territorio propio".
Todo indica, en ese sentido, que la Resistencia Libia crecerá, aunque busque otras formas de lucha para combatir a tan viles enemigos que no sólo han generado matanzas masivas sino que han destruido (como hicieron en Iraq) la casi totalidad de la infraestructura de uno de los países más desarrollado del continente africano.

Lamentablemente, y esto es lo que queda cada vez más claro a la luz de lo ocurrido en todos estos años, el gran error de Gadafi fue haberse relacionado en su momento con quienes hoy se han convertido en sus verdugos. Como bien decía Che Guevara, "en el imperialismo no se puede confiar ni un tantito así, nada" . Gadafi desoyó tales recomendaciones y sucumbió a los cantos de sirena, tentado por la idea de poner en marcha reconciliaciones imposibles -con quienes le habían asesinado a su propia hija- y cruzó sorpresivamente el charco, llevado de la mano de especulaciones financieras indefendibles. Lo ocurrido en esa época ensombreció parcialmente la historia de quien surgiera como uno de los baluartes de la Revolución africana. Daba la impresión de haber emprendido un camino sin retorno, pero no fue así, ya que a mediados de 2010, su Gobierno había decidido poner coto a las ambiciones económicas de sus "aliados" y eso es precisamente lo que puso en marcha, en el mes de febrero, la campaña injerencista de los EEUU y la Unión Europea para apoderarse del petróleo y el oro libio.

Ahora bien, que Gadafi haya sido seducido en su momento por las tentaciones de Occidente, no disculpa para nada que buena parte de la izquierda internacional y los sectores progresistas se hayan podido equivocar tanto a la hora de repudiar la invasión criminal de la OTAN y por lo tanto no movilizarse contra ella. Fue precisamente en esos momentos tan álgidos, cuando se convierte en complicidad criminal dudar sobre quien es realmente el enemigo principal de los pueblos que luchan y abogan por su independencia. Definitivamente, no se podía dudar de qué lado del campo de batalla ubicarse.

Por otra parte, fue precisamente en esos momentos cuando la figura del coronel Gadafi comenzó otra vez a agigantarse, sobre todo a la luz de la vesanía de quienes bombardeaban y masacraban a su pueblo. Su decisión de resistir junto a su pueblo y no abandonar un territorio que comenzaba a convertirse en un escenario de muerte y destrucción, hicieron evocar aquellos años en que derrocara a la monarquía e implantara una nación revolucionaria con definiciones socialistas.

Atrincherado en los bastiones de Beni Walid y Sirte junto a sus combatientes, Gadafi y sus hijos fueron demostrando en estos dos últimos meses, en que los ataques otanianos se hicieron más intensos, que frente al Imperio y su accionar criminal no queda otro camino que la resistencia. Una y otra vez, los combatientes libios hicieron retroceder a los mercenarios del Consejo Nacional de Transición, y en este desigual enfrentamiento, se fueron escribiendo páginas de una heroicidad sin par, ya que Sirte (una de las ciudades más bellas de Africa, hoy virtualmente destruida) fue algo más que una trinchera anti OTAN, sino que se convirtió en símbolo del coraje de todo un pueblo. Allí precisamente, dicen las agencias occidentales -de dudosa fama a la hora de la credibilidad- que habría sucumbido el líder libio, peleando hasta el último instante, cumpliendo la palabra dada a sus seguidores incondicionales, de no abandonar el país hasta la victoria o el martirio.

Ahora, que las pantallas televisivas muestran la alegría del pederasta internacional Berlusconi o de sus colegas Sarkozi, Obama y Clinton, mezclado con flashes en que se ve el cuerpo del coronel libio, ahora que vendrán los buitres voraces a robarse las riquezas del país y aplicarán el terror contra quienes no se sometan a sus dictados, ahora que se instalarán los invasores de la Africom, una buena parte del pueblo de esa Nación invadida y arrasada por la criminalidad occidental, llorará a su líder, hará su obligado duelo, pero sin pérdida de tiempo se sumará a los nuevos batallones de la Resistencia que más temprano que tarde harán arrepentir a estos nuevos Cruzados de Occidente, ambiciosos, bestiales, destructores, como sus antecesores.

Lo ocurrido en Libia deja enseñanzas que no hay que desatender. El Imperio en su contraofensiva no se detiene ante nada, cuenta para ello con la cobertura del terrorismo mediático y de cómplices insospechados que con su silencio amparan su accionar devastador. De allí que sea necesario que las fuerzas populares y progresistas del planeta tomen nota y se preparen para nuevos escenarios donde, sin duda, habrá que unir fuerzas, dejar de lado divisiones estériles y agudizar la creatividad para resistir y vencer a esta nueva vuelta de tuerca del colonialismo occidental.

miércoles, 12 de octubre de 2011

La realidad del "imperio"

Hogo Presman // Lunes 10 de octubre de 2011
La realidad es siempre compleja. Si se la simplifica se cae en la posibilidad que el análisis termine siendo maniqueo, es decir sin matices, con una tendencia a reducir los actores sociales en buenos y malos.
EE.UU está viviendo una de sus etapas más críticas. Su posición de país imperial, que hace sentir su poder en cada metro de la superficie terrestre tambalea. El país más poderoso, si se analizan sus números macroeconómicos, es un país concursado.
Según Hegel "todo lo que es real es racional". Según Francis Wheen en su libro "La historia de El Capital": "…los Jóvenes Hegelianos, los que compartían las primeras obras de Hegel, más subversivas, preferían citar la segunda parte del aforismo: "Todo lo que es racional es real".
El país más poderoso, si se analizan sus números macroeconómicos, es un país concursado. Su deuda supera al producto bruto. El déficit llega al 10%. La desocupación supera el 9,1%, lo que implica catorce millones de desocupados. Pero si se suman los subocupados y los que ya no buscan trabajo porque consideran que están definitivamente excluidos del mercado la cifra asciende a treinta millones.
Las tasas que afectan a negros y latinos duplican la general. La pobreza alcanzó en el 2010 al 15%, alcanza a cuarenta y seis millones de personas o sea a una cantidad equivalente a la población de Argentina, más dos veces la población de la Capital Federal.
Según Bernardo Kliksberg el 20% de los chicos y el 27% de los negros y latinos son pobres. Es el número más grande desde que se llevan estadísticas.
Hay cincuenta millones de norteamericanos sin cobertura médica.
Es la economía que produce el 25% del Producto Bruto Mundial y hace dieciocho meses seguidos de caída o bajo crecimiento, la recesión más larga de su historia desde la posguerra.
Con este panorama, es lógico que muchos de los que se criaron con la esperanza del sueño americano, integren la legión de los indignados. La película que Hollywood vendió al mundo, por el cual el libre mercado retribuye a cada participante según sus méritos, no tiene un final feliz. La desigualdad aumenta escandalosamente, porque los poderosos obnubilados tienen una gula insaciable. El partido Republicano y su sector más reaccionario que integra el Tea Party, no admite pagar más impuestos que han sido consecuentemente reducidos en las últimas décadas.
El presidente Barack Obama ha afirmado que: "Algunos millonarios pagan menos impuestos que sus secretarias", según lo consigna el economista Paul Krugman en su blog.
Muchos años antes Carlos Marx escribió: " El capitalismo llega chorreando sangre y lodo."
Mucho más acá, el 25 de agosto de 1944, el entonces Coronel Perón, intentando persuadir a los empresarios para que cedan un poco para evitar perder todo, les dijo: " La Secretaría persigue el objetivo de evitar el cataclismo social, que es probable, no imposible….hay que suprimir la causa de la agitación: la injusticia social. Es necesario dar a los obreros los que estos merecen por su trabajo y lo que necesitan para vivir dignamente….Es necesario saber dar un treinta por ciento a tiempo que a perder todo a posteriori"
La realidad es siempre compleja. Lo que sorprende e impacta cuando la realidad se vuelve maniquea. Es lo que sucedió hace unos días cuando los indignados ocuparon Wall Street, esa exteriorización simbólica del corazón del poder económico mundial que debe su nombre a una muralla construida por los holandeses en 1644, con el propósito de defenderse de los ingleses, eran observados desde los balcones ocupados por los ceos y sus bellas secretarias con copas de champagne en sus manos. Una escena de una película clase B. O una realidad clase B. Que despierta esperanzas clase A.
Nuevamente Carlos Marx nos recuerda: "El capital es trabajo muerto que sólo se reanima vampirescamente, chupando trabajo vivo" O cuando cita un discurso de Timón de Atenas en el que el dinero es descrito como "la prostituta de toda la humanidad"
Esos ceos torpes, protagonistas de una impúdica escena, graduados en universidades de negocios que los vuelven ciegos, podrían verse retratados en un viejo relato talmúdico de la tradición judía.
Cuentan que un empresario acudió a un rabino para que le explicara el motivo del rechazo que provocaban sus actitudes entre sus empleados. El rabino lo tomó de la mano y lo condujo hacia la ventana. Le preguntó: -¿Dime que ves en la calle?- Gente le respondió el empresario. Luego el rabino lo condujo frente a un espejo y le volvió a preguntar:- ¿Que ves ahora?- "Me veo a mi" respondió el empresario. Entonces el rabino le dijo: "Ahí tiene la explicación. A través del vidrio que está en la ventana podes ver a la gente. En cambio en el espejo, para que se refleje tu imagen hay detrás del mismo un baño de plata. Y cuando hay plata, hijo mío, uno deja de ver a la gente y sólo se ve a sí mismo"
http://www.diarioregistrado.com/politica/53781-la-realidad-maniquea.html

jueves, 29 de septiembre de 2011

Haiti, pais ocupado, mangoneado y ninguneado

Por Eduardo Galeano *

Consulte usted cualquier enciclopedia. Pregunte cuál fue el primer país libre en América. Recibirá siempre la misma respuesta: los Estados Unidos. Pero los Estados Unidos declararon su independencia cuando eran una nación con seiscientos cincuenta mil esclavos, que siguieron siendo esclavos durante un siglo, y en su primera Constitución establecieron que un negro equivalía a las tres quintas partes de una persona.

Y si a cualquier enciclopedia pregunta usted cuál fue el primer país que abolió la esclavitud, recibirá siempre la misma respuesta: Inglaterra. Pero el primer país que abolió la esclavitud no fue Inglaterra sino Haití, que todavía sigue expiando el pecado de su dignidad.

Los negros esclavos de Haití habían derrotado al glorioso ejército de Napoleón Bonaparte y Europa nunca perdonó esa humillación. Haití pagó a Francia, durante un siglo y medio, una indemnización gigantesca, por ser culpable de su libertad, pero ni eso alcanzó. Aquella insolencia negra sigue doliendo a los blancos amos del mundo.

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De todo eso, sabemos poco o nada.

Haití es un país invisible.

Sólo cobró fama cuando el terremoto del año 2010 mató a más de doscientos mil haitianos.

La tragedia hizo que el país ocupara, fugazmente, el primer plano de los medios de comunicación.

Haití no se conoce por el talento de sus artistas, magos de la chatarra capaces de convertir la basura en hermosura, ni por sus hazañas históricas en la guerra contra la esclavitud y la opresión colonial.

Vale la pena repetirlo una vez más, para que los sordos escuchen: Haití fue el país fundador de la independencia de América y el primero que derrotó la esclavitud en el mundo.

Merece mucho más que la notoriedad nacida de sus desgracias.

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Actualmente, los ejércitos de varios países, incluyendo el mío, continúan ocupando Haití. ¿Cómo se justifica esta invasión militar? Pues alegando que Haití pone en peligro la seguridad internacional.

Nada de nuevo.

Todo a lo largo del siglo diecinueve, el ejemplo de Haití constituyó una amenaza para la seguridad de los países que continuaban practicando la esclavitud. Ya lo había dicho Thomas Jefferson: de Haití provenía la peste de la rebelión. En Carolina del Sur, por ejemplo, la ley permitía encarcelar a cualquier marinero negro, mientras su barco estuviera en puerto, por el riesgo de que pudiera contagiar la peste antiesclavista. Y en Brasil, esa peste se llamaba haitianismo.

Ya en el siglo veinte, Haití fue invadido por los marines, por ser un país inseguro para sus acreedores extranjeros. Los invasores empezaron por apoderarse de las aduanas y entregaron el Banco Nacional al City Bank de Nueva York. Y ya que estaban, se quedaron diecinueve años.

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El cruce de la frontera entre la República Dominicana y Haití se llama El mal paso.

Quizás el nombre es una señal de alarma: está usted entrando en el mundo negro, la magia negra, la brujería...

El vudú, la religión que los esclavos trajeron de Africa y se nacionalizó en Haití, no merece llamarse religión. Desde el punto de vista de los propietarios de la Civilización, el vudú es cosa de negros, ignorancia, atraso, pura superstición. La Iglesia Católica, donde no faltan fieles capaces de vender uñas de los santos y plumas del arcángel Gabriel, logró que esta superstición fuera oficialmente prohibida en 1845, 1860, 1896, 1915 y 1942, sin que el pueblo se diera por enterado.

Pero desde hace ya algunos años, las sectas evangélicas se encargan de la guerra contra la superstición en Haití. Esas sectas vienen de los Estados Unidos, un país que no tiene piso 13 en sus edificios, ni fila 13 en sus aviones, habitado por civilizados cristianos que creen que Dios hizo el mundo en una semana.

En ese país, el predicador evangélico Pat Robertson explicó en la televisión el terremoto del año 2010. Este pastor de almas reveló que los negros haitianos habían conquistado la independencia de Francia a partir de una ceremonia vudú, invocando la ayuda del Diablo desde lo hondo de la selva haitiana. El Diablo, que les dio la libertad, envió al terremoto para pasarles la cuenta.

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¿Hasta cuándo seguirán los soldados extranjeros en Haití? Ellos llegaron para estabilizar y ayudar, pero llevan siete años desayudando y desestabilizando a este país que no los quiere.

La ocupación militar de Haití está costando a las Naciones Unidas más de ochocientos millones de dólares por año.

Si las Naciones Unidas destinaran esos fondos a la cooperación técnica y la solidaridad social, Haití podría recibir un buen impulso al desarrollo de su energía creadora. Y así se salvaría de sus salvadores armados, que tienen cierta tendencia a violar, matar y regalar enfermedades fatales.

Haití no necesita que nadie venga a multiplicar sus calamidades. Tampoco necesita la caridad de nadie. Como bien dice un antiguo proverbio africano, la mano que da está siempre arriba de la mano que recibe.

Pero Haití sí necesita solidaridad, médicos, escuelas, hospitales y una colaboración verdadera que haga posible el renacimiento de su soberanía alimentaria, asesinada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otras sociedades filantrópicas.

Para nosotros, latinoamericanos, esa solidaridad es un deber de gratitud: será la mejor manera de decir gracias a esta pequeña gran nación que en 1804 nos abrió, con su contagioso ejemplo, las puertas de la libertad.

(Este artículo está dedicado a Guillermo Chifflet, que fue obligado a renunciar a la Cámara de Diputados del Uruguay cuando votó contra el envío de soldados a Haití.)

* Texto leído ayer por el escritor uruguayo en la Biblioteca Nacional en el marco de la mesa-debate “Haití y la respuesta latinoamericana”, en la que participaron además Camille Chalmers y Jorge Coscia.

jueves, 22 de septiembre de 2011

La izquierda portadora de progreso

Sousa Santos .. Este artículo suyo, que pongo a continuación, trae inquietantes preguntas sobre lo que debe ser la izquierda moderna. Está claro que la obra del pensamiento de izquierda sentó fuertes bases en el siglo XX, fueron pilares que se construyeron sobre unas realidades dadas por la época.. lo importante hoy es estudiar nuestro tiempo y buscar las formas y caminos para preservar y recuperar los avances, en cierta forma perdidos, para que se impulsen con éxito y conquisten
mayores niveles de justicia social, cimenten los valores humanos y transforme la sociedad para alegría y disfrute de las futuras generaciones.

Buoventura de Sousa Santos
No pongo en cuestión que exista un futuro para las izquierdas, pero su futuro no será una continuación lineal de su pasado. Definir lo que tienen en común equivale a responder la pregunta: ¿qué es la izquierda? La izquierda es un conjunto de posiciones políticas que comparten el ideal de que los seres humanos tienen todos el mismo valor, y que son el valor más alto. Ese ideal es puesto en cuestión siempre que hay relaciones sociales de poder de-sigual, esto es, de dominación. En este caso, algunos individuos o grupos satisfacen algunas de sus necesidades transformando a otros individuos o grupos en medios para sus fines. El capitalismo no es la única fuente de dominación, pero es una fuente importante.
Las diferentes comprensiones de este ideal produjeron diversas fracturas. Las principales fueron respuestas opuestas a las siguientes preguntas. ¿Puede el capitalismo ser reformado para mejorar la suerte de los dominados, o esto sólo es posible más allá del capitalismo? ¿La lucha social debe ser conducida por una clase (la clase obrera) o por diferentes clases o grupos sociales? ¿Debe ser conducida dentro de las instituciones democráticas o fuera de ellas? ¿El Estado es, en sí mismo, una relación de dominación, o puede ser movilizado para combatir las relaciones de dominación?
Las respuestas opuestas a estas preguntas estuvieron en el origen de violentas fracturas. En nombre de la izquierda se cometieron atrocidades contra la izquierda; pero, en su conjunto, las izquierdas dominaron el siglo XX (a pesar del nazismo, el fascismo y el colonialismo) y el mundo se volvió más libre e igualitario gracias a ellas. Este siglo corto de las izquierdas terminó con la caída del Muro de Berlín. Los últimos treinta años fueron marcados, por un lado, por una gestión de ruinas y de inercias y, por el otro, por la emergencia de nuevas luchas contra la dominación, con otros actores y otros lenguajes que las izquierdas no pudieron entender.
Mientras tanto, liberado de las izquierdas, el capitalismo volvió a mostrar su vocación antisocial. Ahora vuelve a ser urgente reconstruir las izquierdas para evitar la barbarie. ¿Cómo recomenzar? Con la aceptación de las siguientes ideas:
Primero, el mundo se diversificó y la diversidad se instaló en el interior de cada país. La comprensión del mundo es mucho más amplia que la comprensión occidental del mundo; no hay internacionalismo sin interculturalismo.
Segundo, el capitalismo concibe a la democracia como un instrumento de acumulación; si es preciso, la reduce a la irrelevancia y, si encuentra otro instrumento más eficiente, prescinde de ella (el caso de China). La defensa de la democracia de alta intensidad debe ser la gran bandera de las izquierdas.
Tercero, el capitalismo es amoral y no entiende el concepto de dignidad humana; defender esta dignidad es una lucha contra el capitalismo y nunca con el capitalismo (en el capitalismo, incluso las limosnas sólo existen como relaciones públicas).
Cuarto, la experiencia del mundo muestra que hay inmensas realidades no capitalistas, guiadas por la reciprocidad y el cooperativismo, a la espera de ser valoradas como el futuro dentro del presente.
Quinto, el siglo pasado reveló que la relación de los humanos con la naturaleza es una relación de dominación contra la cual hay que luchar; el crecimiento económico no es infinito.
Sexto, la propiedad privada sólo es un bien social si es una entre varias formas de propiedad y si todas están protegidas; hay bienes comunes de la humanidad (como el agua y el aire).
Séptimo, el siglo corto de las izquierdas fue suficiente para crear un espíritu igualitario entre los seres humanos que sobresale en todas las encuestas; éste es un patrimonio de las izquierdas que ellas han estado dilapidando.
Octavo, el capitalismo precisa otras formas de dominación para florecer, del racismo al sexismo y la guerra, y todas deben ser combatidas.
Noveno, el Estado es un animal extraño, mitad ángel y mitad monstruo, pero, sin él, muchos otros monstruos andarían sueltos, insaciables, a la caza de ángeles indefensos. Mejor Estado, siempre; menos Estado, nunca.
Con estas ideas, las izquierdas seguirán siendo varias, aunque ya no es probable que se maten unas a otras y es posible que se unan para detener la barbarie que se aproxima.
*Boaventura de Sousa Santos (Coímbra/Portugal, 15 de noviembre de 1940) es doctor en Sociología del derecho por la Universidad de Yale y profesor catedrático de Sociología en la Universidad de Coímbra. Es director del Centro de Estudios Sociales y del Centro de Documentación 25 de Abril de esa misma universidad; además, profesor distinguido del Institute for Legal Studies de la Universidad de Wisconsin-Madison. Se lo considera uno de los principales intelectuales en el área de ciencias sociales, con reconocimiento internacional, con especial popularidad en Brasil, principalmente, después de su participación en varias ediciones del Foro Social Mundial en Porto Alegre. Es uno de los académicos e investigadores más importantes en el área de la sociología jurídica a nivel mundial.
Sus escritos se dedican al desarrollo de una Sociología de las Emergencias, que según él pretende valorizar las más variadas gamas de experiencias humanas, contraponiéndose a una "Sociología de las Ausencias", responsable del desperdicio de la experiencia. Una herencia contractualista bien marcada en sus obras y sus textos se entremezcla con una organización de contratos sociales que sean verdaderamente capaces de representar valores universales.
También es poeta, autor del libro Escrita INKZ: antimanifesto para uma arte incapaz.
Una de sus preocupaciones es acercar la ciencia de "sentido común" con vista a ampliar un acceso al conocimiento.
Defensor de la idea de que unos movimientos sociales y cívicos fuertes son esenciales para el control democrático de la sociedad y el establecimiento de formas de democracia participativa, fue inspirador y miembro fundador en 1996 de la Asociación Cívica Pro Urbe (Coimbra).
Su trayectoria reciente está marcada por la cercanía con los movimientos organizadores y participativos del Foro Social Mundial y por su participación coordinando la elaboración de una obra colectiva de investigación denominada "Reinventar la Emancipación Social: Para Nuevos Manifiestos".

lunes, 29 de agosto de 2011

Las artimañas de los EEUU y compañía

Por
Walter Goobar
El puño de Khadafi. El paradero del líder libio es un misterio: podría iniciar una guerra de guerrillas. (AP)
Con Trípoli casi sometida, los rebeldes libios –patrocinados por la Otan– ganan terreno tras haber conquistado el puesto de Ras Jdir, el principal paso fronterizo con Túnez. Si bien los aliados del líder libio Muammar Khadafi tuvieron que retroceder, siguen resistiendo en Ben Yawad, ubicada 140 kilómetros al este de Sirte, una urbe de 120.000 habitantes situada 360 km al este de Trípoli. Se trata de la ciudad natal del líder libio y uno de los bastiones khadafistas más importantes. Los seguidores de Khadafi también se han enfrentado con bombas a los rebeldes en Ras Lanuf, veinte kilómetros más al este. Ayer, la Otan y los rebeldes hicieron circular la versión de que Khadafi habría huido a la vecina Argelia en una comitiva formada por seis autos blindados. Todo indica que se trata de una típica maniobra de desinformación para quebrar la resistencia.
Si bien la legión de “65.000 soldados bien entrenados y bien armados” que debían defender Tripoli se evaporó como un espejismo, nadie sabe con qué grado de apoyo tribal cuenta Khadafi no sólo alrededor de Trípoli, sino en su feudo de Sirte o en los altos desiertos. Si el excéntrico coronel libio –que, hasta hace poco, fue el mejor aliado de Estados Unidos en su lucha contra Al Qaeda y uno de los mejores compañeros de juerga del premier italiano Silvio Berlusconi– sigue la tradición de sus ancestros beduinos, podría elegir ahora el camino de la guerra de guerrillas. La pregunta de los 100.000 millones de dólares –equivalente a la cantidad de fondos libios que serán descongelados por los “vencedores”– es si Khadafi terminará como Saddam Hussein o si seguirá el derrotero de los talibanes afganos y se ocupará de convertir a Libia en un Infierno para los ocupantes occidentales.
Aunque el aparente desmoronamiento del régimen libio generó la típica borrachera que producen los vapores etílicos del oro negro, la euforia duró poco. Nadie se aventura a proclamar que se trata de una “misión cumplida”, debido a que nadie sabe cómo se desarrollará la próxima etapa de esta guerra. De hecho, hay motivos serios para creer que puede convertirse en una reedición de los fracasos alcanzados por Washington con el derrocamiento de los talibanes en Afganistán en 2001 y de Saddam Hussein en Irak en 2003.
A pesar de que el Pentágono y la Otan se han apropiado del surtidor de combustible africano, en Washington hay más preocupación que celebración por la posible salida de Khadafi, dado que se duda sobre las consecuencias en la región y sobre la capacidad del Consejo Nacional de Transición libio para afrontar los desafíos que le esperan.
“Todavía puede haber un considerable derramamiento de sangre antes de que esto termine”, alertó Robert Danin, experto en Medio Oriente del Consejo sobre Relaciones Exteriores. Danin –un halcón que también se desempeñó como asesor del expresidente George W. Bush–, señaló estar preocupado por la unidad y la composición del Consejo Nacional de Transición, así como por la lealtad de los combatientes rebeldes que teóricamente están bajo su autoridad.
“Temo mucho que Libia pueda resultar dividida por fronteras tribales y geográficas”, (¿ídem Yugoeslavia?) señaló el analista en una teleconferencia en la que sugirió que ese país africano podía convertirse en un “Estado fallido”. Hasta ahora, indicó, los rebeldes “se han mantenido unidos sólo en aquello a lo que se oponían”.
“No sólo no está claro cuánta lealtad hay entre los combatientes” para con el Consejo Nacional de Transición, “sino que Libia no tiene ninguna institución”, señaló por su parte el analista Blake Hounshell, especialista en Medio Oriente y editor del sitio Foreignpolicy.com.
“Hay muchas probabilidades de que fuerzas islamistas se escondan detrás de elementos más benignos, esperando el momento justo para abalanzarse, como pasó en Irán en 1978 y 1979”, escribió en tanto Daniel Pipes, jefe del neoconservador Foro de Medio Oriente, en el blog de la revista de derecha National Review. Sus opiniones coincidieron con declaraciones de John Bolton, embajador de Estados Unidos en la ONU durante la administración de George W. Bush, quien señaló: “Temo que fuerzas occidentales hayan llevado al poder a los peores enemigos de la civilización”.
Lo cierto es que la supuesta revuelta popular con base en Bengasi, presentada en Occidente como si fuera un movimiento popular, fue siempre un mito. Hace dos meses los rebeldes eran apenas 1.000. La solución de la Otan fue crear un ejército mercenario que incluyó ex miembros de escuadrones de la muerte colombianos, reclutadores de Qatar y de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) que contrataron a soldados de fortuna de diversas nacionalidades. Esa fuerza mercenaria que el sabado 20 desembarcó en Tripoli, fue la que facilitó el triunfo de los rebeldes que estaban más cerca del desbande que de tomar el poder.
Mahmud Jibril –el virtual primer ministro del esperpéntico Consejo Nacional de Transición, agradeció explícitamente a los auténticos vencedores: Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. De estos cinco primeros, los tres occidentales principales podrían aceptar, en teoría, un emirato dócil –mientras no muestre tendencias fundamentalistas extremas–, pero la Otan, que es la verdadera vencedora en esta falsa guerra civil, puede tener otros planes, distintos a los de los rebeldes. En un par de días, el líder del Consejo Mustafá Abdul Jalil y el primer ministro Jibril definirán, en París, de qué manera Libia se convertirá en un nuevo protectorado de la Alianza Atlántica sobre las costas del Mediterráneo, pero nadie sabe realmente el grado de influencia que podrán tener los islamistas en la Libia post Khadafi.
Por una parte, Estados Unidos logrará su propósito estratégico de contar con su primera base africana, trasladando el cuartel del Afrricom desde la poco africana Stuttgart a Trípoli. Con esa maniobra, Estados Unidos y la Otan –que ya se metieron el Norte de África en el bolsillo–, pueden colocar en la mira el Mediterráneo oriental, para repetir en Siria el guión libio.
Desde el punto de vista de las corporaciones petroleras vinculadas a los vencedores de la guerra, la desaparición de Khadafi ya es una garantía de jugosos contratos y de una serie de concesiones. Hasta ahora, la Compañía Petrolera Nacional de Libia otorgaba los contratos de servicio para antiguos y lucrativos campos petroleros a las subsidiarias nacionales libias. Pero lo que quieren realmente BP, Total, Exxon Mobil y la petrolera de Qatar es una participación seria en nuevos yacimientos, y acuerdos para compartir la producción que permiten beneficios estratosféricos. Quieren todo el auge que no consiguieron en Irak, donde algunos de los contratos más suculentos se entregaron a oferentes rusos, chinos o malayos.

lunes, 22 de agosto de 2011

El arma mortal del dominio de la información

Nuevo escenario para ocultar la verdad de la "guerra colonial en Libia". La OTAN otra vez "defiende Europa" liquidando esta vez al jefe del estado libio Gadafí con la ayuda de un orquestado levantamiento "civil" que en realidad está integrado por mercenarios profesionales. El monopolio de la información, en manos de sus "todopoderosos e intocables" dueños, permite cometer toda clase de atrocidades atribuyéndolas después al derrotado ... Quién puede creer hoy la justeza de las aventuras bélicas en Vietnam, Irak, Afganistán, y también en el robo insólito de Kósovo a Serbia y tantas historias como se han montado esos medios de difusión bastardos para taparle la boca a tanto incrédulo o bobos de la TV como prolifera en nuestros tiempos... La siguiente información ofrece una visión bien distinta de la tragedia libia...

Guerra colonial contra Libia

El bloqueo informativo impuesto por las agencias de prensa estadounidenses y europeas se ha transformado en una herramienta clave de la guerra imperialista de la OTAN.

Por Stella Calloni

La perversión de agencias estadounidenses y europeas y sus subordinados en el mundo al llamar “guerra civil” a lo que está sucediendo en Libia, demuestra cómo se convirtió una intervención colonial contra un país, del que Estados Unidos y sus socios quieren apoderarse por diversas razones de intereses, en una “rebelión” interna que “humanitariamente” debía ser ayudada.

La realidad es que el pueblo libio soporta desde mediados de marzo los bombardeos salvajes de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), contra un país de casi seis millones de habitantes, considerando que una buena parte de ese territorio es desierto.

Muerte y destrucción han producido los bombardeos en todo el país, para abrir camino a los mercenarios que fueron desde el principio el motor de la supuesta “rebelión” del pueblo contra Muammar El Khadafi.

No existe ninguna imagen de aquella rebelión “popular”, ni de la “excusa” : los supuestos “bombardeos de Khadafi contra la población civil”- con que ampararon una intervención brutal en pleno siglo XXI.

En tanto esa población civil está siendo masacrada por sus “protectores” de la OTAN y sus hogares, escuelas, centros de alimentación, laboratorios medicinales, universidades, hospitales, destruidos.

Nadie puede desconocer los avances producidos en Libia después que Khadafi encabezara la rebelión que terminó con una monarquía colonial y con el status de colonia que tenía ese país en 1969.

Todo ese esfuerzo está siendo demolido, mientras siembran ese territorio con uranio empobrecido, lo que significa un desastre humano y ecológico para el futuro..

La resolución 1973 adoptada por Naciones Unidas el 17 de marzo de este año, para establecer un supuesto bloqueo aéreo en Libia, tenía como única finalidad impedir al gobierno de ese país soberano defenderse. Esa resolución se tomó sin escuchar lo que los observadores directos tenían que decir.

Se aseguraban así de que Libia no tuviera defensa aérea. Y se puede anotar como una derrota moral que ese país haya resistido durante casi seis meses los bombardeos, dejando en evidencia que los tales “rebeldes” sin la OTAN no existen.

Basta ver una fotografía que circuló en las últimas horas y publicaron algunos medios, mostrando supuestos “opositores libios” cuyo físico, vestimenta y armamento los asimila a los típicos mercenarios que las potencias llevaron a esa región, para tener una dimensión de la verdad que ocultan los medios.

Para poder comenzar y sostener la intervención, Estados Unidos y sus asociados utilizaron los medios masivos de comunicación en el mundo, que en realidad están bajo su control militar y de seguridad.

En este caso contaron también con la colaboración interesada o desinteresada, pero cumpliendo el mismo objetivo, de algunos periodistas e intelectuales considerados “progresistas” que fueron cómplices de esta intervención y de la red de mentiras que se utilizó para justificarla.

Ahora éstos esperan para justificarse ellos mismos, que gane la OTAN y cuente la historia de los vencedores sobre “la horribles violaciones de los derechos humanos cometidas” por el gobierno libio para encubrir lo que hacen los mercenarios y las tropas invasoras. como lo hicieron en Afganistán, Irak o mucho antes.

¿Olvidaron tan prontamente a los “contra” nicaragüenses cuando atacaban desde las bases de Estados Unidos en Honduras a Nicaragua sandinista, destruyendo aldeas, matando, torturando, violando a mujeres y niñas? Ronald Reagan les llamaba entonces “los combatientes de la libertad”.

Llamar “rebeldes” a grupos de mercenarios manejados por la CIA y sus asociados, es faltar el respeto a los rebeldes reales que luchan en el mundo por su liberación.

El pueblo y el gobierno libio no sólo tenían el derecho, sino la obligación de defenderse. Cualquier país del mundo bajo ataque extranjero tiene el deber de hacerlo.

Si logran quedarse con Libia para transformar el país en “una nueva Somalia” como denunció el pasado 19 de agosto el portavoz del Gobierno libio, Mussa Ibrahim, ante el incremento de los bombardeos de la OTAN , todos los países del mundo quedan en la desprotección total.

Con el añadido de que un fiscal argentino de la Corte Penal Internacional (CPI) condenara a Khadafi, mientras ampara las criminales intervenciones y el genocidio de Afganistán e Irak.

Somalia es una nación sin gobierno, con una crisis alimentaria, y es lo que pretenden hacer de Libia las potencias occidentales al continuar los ataques mientras nosotros trabajamos planes de paz recordó también el vocero libio. (Telesur 19 - 8 -11).

La capital de ese país está sufriendo en los últimos días una nueva oleada de ataques de la alianza imperial que causaron decenas de muertos y heridos.
Las autoridades advirtieron el 19 de agosto pasado que los bombardeos se incrementarían en días previos al aniversario 42 de la llamada Revolución Verde, que encabezó Khadafi el 1 de septiembre de 1969,

A esta altura de los acontecimientos, cuando las potencias se han apropiado de los dineros del Estado libio, incluso han instalado en Washington una embajada del llamado Consejo de Transición, lo que nunca antes había sucedido, nadie puede dudar de que estos “rebeldes” jamás representaron al pueblo libio. De hecho antes de controlar territorio alguno, los “rebeldes” crearon el Banco Central de Benghazi. ¿Existe algo similar en la historia?

Nunca pudieron avanzar un tramo sin que la OTAN, mediante bombardeos feroces, les abriera el camino. No es posible ignorar de qué se trata la guerra en Libia, les guste o no les guste Khadafi.

Si leemos los cables de las agencias y la mayoría de los periódicos del mundo, no hay referencias a las víctimas, no existen. El relato único es sobre los “rebeldes”.

Bajo control de los mercenarios, todo tipo de historias se contarán sobre el “terror” gubernamental y los “horrores” de la guerra serán atribuidos al vencido. En un país invadido y ocupado sólo habla el ocupante. El resto queda atrapado en el terror y en la necesidad de la sobrevivencia.

Revisando toda la información desde que comenzó el conflicto, podemos escribir una manual de lo que es realmente el terrorismo mediático, y sus consecuencias. Cada palabra matará como los misiles y las bombas que caen sobre la población. .

“Libia: un silencio ensordecedor” tituló Jody McIntyre una nota en el periódico británico The Independent/ ICH.

“Así que ahora estamos enviando helicópteros Apache a bombardear civiles libios. Una escalada de otra sangrienta guerra de la OTAN. O , en boca del coronel Jason Etherington, “sólo agrega algo más a la fiesta”.

“Todos los medios se alinearon. Es una guerra para proteger civiles. Es una guerra para obligar a que Gadafi (Khadafi) se vaya. Como si los gobiernos occidentales, con sus orgullosas historias de abusos contra los derechos humanos en todo el mundo, tuvieran algún derecho moral a juzgar al gobierno de Libia. La retórica de Etherington revela una verdad infame, esta guerra es un juego para nosotros, una ‘fiesta’ que vale la pena agrandar” dice en una parte del texto McIntyre.

Y cita que “hasta Al Jazeera publicó la historia aceptada de los ‘rebeldes’ que tomaban una ciudad tras la otra” y también reclama que “nunca muestran imágenes de los crímenes de la llamada brigada ‘rebelde’, que atacó violentamente a libios negros y a ciudadanos africanos negros en el este del país, calificándolos de ‘mercenarios africanos’ contratados por Gadafi, a pesar del hecho de que todos los libios son africanos. No se informa de nada de todo esto porque no se ajustaría a la narrativa aceptada”

En otro párrafo se pregunta “¿A qué se debe tanto silencio? A diferencia de Afganistán e Irak, que provocaron inmensas protestas en todo el mundo, la reacción a Libia ha sido relativamente sosegada. Nos han hecho creer una premisa falsa y, como diría Noam Chomsky, hemos permitido que fabriquen nuestro consenso”

Razona que “el imperialismo no conoce límites cuando ha iniciado una guerra. Siempre me ha impresionado que la gente sea casi histérica en sus reacciones cuando tiene que ver con una guerra en la que participa nuestro país. Si uno observa la realidad de la situación, le acusan de no interesarse por los civiles libios, o de apoyar a un dictador. En realidad, es a nuestro gobierno al que le gusta apoyar dictaduras, y nuestro gobierno es el que está bombardeando civiles libios”

También cita en su nota a Frank Natter quien escribió en su blog, ‘Straight Talk’:“Todos los que pagamos impuestos consentimos tácitamente y financiamos indirectamente las bombas que se usan para matar a la gente en Afganistán y Libia. Para citar a Sartre: ‘no sois maravillosos, sois asesinos’.”

Con claridad meridiana advierte McIntyre que “esto no tiene nada que ver con la protección de civiles y todo con el restablecimiento de una debilitada dominación militar y económica en la región”.

Por eso este silencio es “ensordecedor” como lo titula en su nota y también aterrador. (Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens) http://www.informationclearinghouse.info/article28282.htm

En julio pasado los periodistas libios enviaron una conmovedora carta después de un bombardeo de la OTAN sobre la televisión libia. “Ya se ha colmado el ‘vaso’ de la intervención extranjera colonialista y genocida sobre Libia, con este ataque contra las instalaciones de la TV, con la muerte de tres compañeros periodistas claramente pertenecientes a la población civil”.

Añaden que en realidad “se tenía que haber colmado con el primer civil que hubiese muerto, pero cuando el dolor es ajeno la mayoría permanece aséptica y acostumbrada a este tipo de noticias y más cuando se justifican con la excusa que es necesario perseguir, expulsar o asesinar a un ‘dictador’. Y advierten que es un límite del que no se puede regresar cuando aumentan los objetivos de ataque que afectan a escuelas, hospitales, universidades y otros organismos o directamente medios de comunicación En nombre de sus muertos piden una reflexión al mundo.

Por supuesto que nadie recogió estas palabras y no hubo “periodistas solidarios” y ese silencio no sólo es aterrador, sino cómplice.
Si Libia cae en las mismas manos que han cometido el primer genocidio del siglo XXI en Afganistán, Irak y otros lugares, habrá caído definitivamente la máscara de la ONU y de la legalidad internacional.

Habrá caído la posibilidad de utilizar negociaciones para la paz, porque nunca aceptó Estados Unidos- ni sus asociados o subordinados-escuchar las voces múltiples que se levantaron, entre ellos de la Unión Africana , de Venezuela y de otros países para evitar otra tragedia en el mundo. Y como sucede con Siria, el “modelo” de crear un foco en un país para arrasarlo luego en nombre del humanitarismo imperialista, será aplicado en cualquier lugar del mundo y ningún país quedará a salvo.

domingo, 7 de agosto de 2011

La acidez es la muerte

Sabías que en el año 1931 un científico recibió el premio Nobel por descubrir la CAUSA PRIMARIA del cáncer?
Fue ese señor: Otto Heinrich Warburg (1883-1970). Premio Nobel 1931 por su tesis "la causa primaria y la prevención del cáncer"
Según este científico, el cáncer es la consecuencia de una alimentación antifisiologica y un estilo de vida antifisiológico...
¿Porque?...porque una alimentación antifisiologica (dieta basada en alimentos acidificantes y sedentarismo), crea en nuestro organismo un entorno de ACIDEZ
La acidez, a su vez EXPULSA el OXÍGENO de las células...
Él afirmo:
"La falta de oxígeno y la acidosis son las dos caras de una misma moneda: cuando usted tiene uno, usted tiene el otro."
" Las substancias ácidas rechazan el oxígeno; en cambio, las substancias alcalinas atraen el oxígeno" o sea que en un entorno acido, si o si es un entorno sin oxigeno... y el afirmaba que "Privar a una célula del 35% de su oxígeno durante 48horas puede convertirlas en cancerosas."
Según Warburg: "Todas las células normales tienen un requisito absoluto para el oxígeno, pero las células cancerosas pueden vivir sin oxígeno - una regla sin excepción." y también: "Los tejidos cancerosos son tejidos ácidos, mientras que los sanos son tejidos alcalinos." En su obra "El metabolismo de los tumores" Warburg demostró que todas las formas de cáncer se caracterizan por dos condiciones básicas: la acidosis y la hipoxia (falta de oxígeno). También descubrió que las células cancerosas son anaerobias (no respiran oxígeno) y NO PUEDEN sobrevivir en presencia de altos niveles de oxígeno; En cambio, sobreviven gracias a la GLUCOSA siempre y cuando el entorno este libre de oxigeno... Por lo tanto, el cáncer no seria nada mas que un mecanismo de defensa que tienen ciertas celulas de el organismo para continuar con vida en un entorno ácido y carente de oxígeno... Resumiendo: Células sanas viven en un entorno alcalino, y oxigenado, lo cual permite su normal
funcionamiento. Células cancerosas viven en un ambiente extremadamente ácido y carente de oxígeno.
ANTES DE SEGUIR: Una vez finalizado el proceso de la digestión, los alimentos de acuerdo a la calidad de proteínas, hidratos de carbono, grasas, minerales y vitaminas que otorgan, generaran una condición de acidez o alcalinidad al organismo.
El resultado acidificante o alcalinizante se mide a través de una escala llamada pH, cuyos valores se encuentran en un rango de 0 a 14, siendo el pH 7 un pH neutro.
Es importante saber cómo afectan la salud los alimentos ácidos y alcalinos, ya que para que las células funcionen en forma correcta y adecuada su pH debe ser ligeramente alcalino. En una persona sana el pH de la sangre se encuentra entre 7,40 y 7,45. Tener en cuenta que si el ph sanguíneo, cayera por debajo de 7, entraríamos en un estado de coma próximo a la muerte. Entonces, ¿qué tenemos que ver nosotros con todo esto? Analizando la alimentación promedio: Alimentos que acidifican el organismo: #Azúcar refinada y todos sus productos (el peor de todos: no tiene ni proteínas ni grasas ni minerales ni vitaminas, solo hidratos de carbono refinados que estresan al páncreas. Su pH es de 2,1, osea altamente acidificante)
#Carnes (todas), leche de vaca y todos sus derivados, sal refinada, harina refinada y todos sus derivados (pastas, galletitas, etc.), productos de panadería (la mayoría contienen grasas saturadas, margarina, sal, azúcar y conservantes), margarinas, gaseosas, cafeína, alcohol, tabaco, medicinas, cualquier alimento cocinado (La cocción elimina el oxigeno y lo trasforma en ácido) inclusive las verduras cocinadas. Todo lo que contenga conservantes, colorantes, aromatizantes, estabilizantes,etc. En fin: todos los alimentos envasados. Constantemente la sangre se encuentra autorregulándose para no caer en acidez metabólica, de esta forma garantiza el buen funcionamiento celular, optimizando el metabolismo. El organismo debería obtener de los alimentos las bases (Minerales) para neutralizar la acidez de la sangre de la metabolización, pero todos los alimentos ya citados, aportan muy poco, y en contrapartida desmineralizan el organismo (Sobre todo los refinados) Hay que tener en cuenta que en el estilo de vida moderno, estos alimentos se consumen 5 veces por día los 365 días del año!!! Curiosamente todos estos alimentos nombrados, son ANTIFISIOLOGICOS!!...
Nuestro organismo no esta diseñado para digerir toda esa porquería!!!
Alimentos Alcalinizantes: Todas las verduras crudas (algunas son ácidas pero dentro del organismo tienen reacción alcalinizante, otras son levemente acidificantes pero consigo traen las bases necesarias para su correcto equilibrio) y crudas aportan oxigeno,cocidas no. Frutas, igual que las verduras, pero por ejemplo el limón tiene un pH aproximado de 2.2, pero dentro del organismo tiene un efecto altamente alcalinizante (quizás el mas poderoso de todos). Las frutas aportan saludables cantidades de oxígeno.
Semillas: aparte de todos sus beneficios, son altamente alcalinizantes como por ejemplo las almendras.
Cereales integrales: El único cereal integral alcalinizante es el Mijo, todos los demás son ligeramente acidificantes pero muy saludables!..Todos deben consumirse cocidos. La miel es altamente alcalinizante. La clorofila de las plantas (de cualquier planta) es altamente alcalinizante(sobre todo el Aloe vera). El agua es importantísima para el aporte de oxigeno "La deshidratación crónica es el estresante principal del cuerpo y la raíz de la mayor parte de las enfermedades degenerativas" afirma el Dr. Feydoon Batmanghelidj. El ejercicio oxigena todo tu organismo, el sedentarismo lo desgasta.
El Doctor George W. Crile, de Cleveland, uno de los cirujanos más importantes del mundo declara abiertamente: “Todas las muertes mal llamadas naturales no son más que el punto terminal de una saturación de ácidos en el organismo” Contrario a lo anterior es totalmente imposible que un cáncer prolifere en una persona que libere su cuerpo de la acidez, nutriéndose con alimentos que produzcan reacciones metabólicas alcalinas y aumentando el consumo del agua pura; y que, a su vez, evite los alimentos que originan dicha acidez, y se cuide de los elementos tóxicos. En general el cáncer no se contagia ni se hereda…lo que se hereda son las costumbres alimenticias, ambientales y de vida que lo producen."
Mencken escribió: “La lucha de la vida es en contra de la retención de ácido”.
"El envejecimiento, la falta de energía, el mal genio y los dolores de cabeza, enfermedades del corazón, alergias, eczemas, urticaria, asma, cálculos y arteriosclerosis no son más que la acumulación de ácidos."
El Dr. Theodore A. Baroody dice en su libro “Alkalize or Die”(alcalinizar o morir):
"En realidad no importa el sin número de nombres de enfermedades. Lo que sí importa es que todas provienen de la misma causa básica...muchos desechos ácidos en el cuerpo!” .
El Dr. Robert O Young dice: “El exceso de acidificación en el organismo es la causa de todas las enfermedades degenerativas. Cuando se rompe el equilibrio y el organismo comienza a producir y almacenar más acidez y desechos tóxicos de los que puede eliminar, entonces se manifiestan diversas dolencias.
¿Y la quimioterapia? No voy a entrar en detalles, solamente me voy a limitar a señalar lo obvio: La quimioterapia acidifica el organismo a tal extremo, que este debe recurrir a las reservas alcalinas de forma inmediata para neutralizar tanta acidez, sacrificando bases minerales (Calcio, Magnesio, Potasio) depositadas en huesos, dientes, articulaciones, uñas y cabellos. Es por ese motivo que se observa semejante degradación en las personas que reciben este tratamiento, y entre tantas otras cosas, se les cae a gran velocidad el cabello. Para el organismo no significa nada quedarse sin cabello, pero un pH ácido significaría la muerte.
En necesario decir que esto no se da a conocer porque la industria del cáncer y la quimioterapia son dos de los negocios más multimillonarios que existen hoy en día.
¿Es necesario decir que la industria farmacéutica y la industria alimenticia son una sola entidad?
¿Te das cuenta lo que significa esto? Cuántos de nosotros hemos escuchado la noticia de alguien que tiene cáncer y siempre alguien dice: "y si... le puede tocar a cualquiera..." ¿A cualquiera? La ignorancia, justifica... el saber, condena.
Que el alimento sea tu medicina, que tu medicina sea el alimento. Afirmó un día el más famoso de los médicos de la Antigüedad: Hipócrates.

viernes, 1 de julio de 2011

Los que no estamos introducidos en esas estructuras de macropoder, que están por encima del bien y del mal y a las que ninguna ley,ni civil ni moral, les afecta para nada, no nos queda posibilidad alguna para verificar si es verdad o no lo que se escribe y dice en los medios de difusión, tan diversificados hoy, especialmente con la red de Internet. Por eso no nos queda otro recurso que aferrarnos al sano jucio y a la experiencia personal para creer o no lo que más adelante se afirma. Ocasional lector te ruego que no me acuses de ser un propagador de infundios... mi intención es simplemente ofrecer otra interpretación de ciertos hechos, pues no hay nada peor que el fanatismo que se cierra siempre a las nuevas ideas y opiniones.

LA EPIDEMIA DE E. COLI HA SIDO CREADA EN UN LABORATORIO MILITAR

Lo que se venía comentando, en círculos médicos y científicos "en petit comité", acerca de la imposibilidad de que una bacteria, como la Escherichia Coli, haga varias mutaciones y se convierta en resistente a los antibióticos, está siendo confirmado por investigadores y lo publica Mike Adams, editor de Natural News.

La única forma de que una cepa sea resistente a 8 antibióticos es que primero se enfrente a la bacteria a la penicilina y las que sobrevivan, a tetraclyne, y así sucesivamente hasta conseguir una cepa resistente a todas esas medicinas. Y ese tipo de cepas, tras tan laborioso trabajo sólo se puede conseguir en el laboratorio de Fort Detrick de armas biológicas del ejército de Estados Unidos, en Maryland, Estados Unidos.
Según informaciones, este ataque biológico habría sido la respuesta del gobierno USA a la no participación de Alemania en la invasión de Libia por parte de la OTAN. (Mike Adams - Rafapal)
ULTRA RESISTENTES A LOS ANTIBIÓTICOS
Cuando los científicos en Alemania, del Instituto Robert Koch, descifraron la estructura genética de la cepa O104, encontraron que era resistente a todos los siguientes antibióticos:

• penicilinas
• tetraciclina
• ácido nalidíxico
• trimetoprima-sulfametoxazol
• cefalosporinas
• amoxicilina / ácido clavulánico
• piperacilina-sulbactam
• piperacilina-tazobactam

Además, esta cepa O104 posee una capacidad de producir enzimas especiales que le dan, lo que podríamos llamar, "bacterias con superpoderes", conocido técnicamente como BLEE: "Extended-beta-lactamasas de espectro (BLEE)
Entonces, ¿cómo es posible que una cepa bacteriana sea resistente a más de una docena de antibióticos y a ocho clases de fármacos diferentes y cuenta con dos mutaciones genéticas mortales, además de enzimas BLEE?

Hay realmente sólo una forma en que esto pueda ocurrir: hay que exponer a esta cepa de E. coli a esta docena de antibióticos y a las ocho clases de fármacos diferentes.

Por supuesto esto no se hace al mismo tiempo: En primer lugar, se le expone a la penicilina y se encuentran las colonias supervivientes que son resistentes a la penicilina. A continuación, se toman estas colonias sobrevivientes y se las expone a la tetraciclina. Las colonias supervivientes son ahora resistentes a la penicilina y la tetraciclina. A continuación, los exponen a un medicamento a base de sulfa y recogen las colonias sobrevivientes de eso, y así sucesivamente. Se trata de un proceso de selección genética realizada en un laboratorio con un resultado deseado.
¿Recuerdas qué país ha sido blanco indirecto de este susto e.coli reciente? Sí, España.

¿Por qué España? Puedes recordar que los cables que filtró Wikileaks revelaron que España se había resistido a la introducción de OMG (transgénicos) en su sistema agrícola. Los cables, de Wikileaks, también filtraron que el gobierno de EE.UU. realizó una amenaza encubierta y una represalia política por su negativa. Esta falsa culpa de España por la muerte de E. coli es probablemente una represalia por la falta de voluntad de España para subirse al carro de los OMG.

Esa es la verdadera historia detrás de la devastación económica a la que han sometido a los productores de hortalizas españoles.
Mas información en este enlace.

http://mundoconmisojos.blogspot.com/2011/06/e-coli-alemana-ataque-bacteriologico.htm

domingo, 20 de marzo de 2011

Los imprevistos en nuestro siglo XXI

Los gurús de la economía y la política en nuestros tiempos parece que lo tienen todo pensado y bien pensado a la hora de tomar decisiones que afectan mayormente, por desgracia, a los que nada tienen que hacer ni han pensado nunca que podrían tomar participación en esos menesteres. Los llamamientos de los desposeidos de toda índole para que se pongan cotos al despilfarro y a esa locura de aquellos que pretenden tenerlo todo sin importar que hunden en la miseria a cientos de millones de seres humanos, no son escuchados... por fortuna se producen hechos, como los que hoy presenciamos en Japón o en Libia, que dejan en el ridículos a estos "genios" de las finanzas y del "poder terrenal", dada esa notoria incapacidad para arreglar satisfactoriamente y con un mínimo de sentido común las cosas de este mundo... El escrito que sigue de Zaiat, se ocupa con mucha mayor autoridad de estos y otros temas que he considerado de interés para los fines que se plantea este Blog de El Emigrante.... Su lectura es gratificante y muy instructiva....

Por Alfredo Zaiat

Cuando un país padece un acontecimiento inesperado, que provoca muertes y destrucción, extiende un manto de incertidumbre sobre la población, y si ese shock además convoca al fantasma de la devastación nuclear, ese estado de vulnerabilidad se extiende al resto del mundo, acrecentado porque la zona afectada corresponde a la tercera potencia económica, desplazada un lugar por China apenas hace un mes. El violento terremoto en Japón seguido de un tsunami con graves consecuencias en una central de generación de energía nuclear configura un escenario de incertidumbre global en materia económica. Este se expresa en el grado de desconocimiento de las consecuencias de semejante desastre natural en una de las naciones líderes en el funcionamiento de la economía globalizada. La percepción del riesgo entre los agentes económicos aumenta considerablemente con la misma intensidad que en crisis financieras inherentes al desarrollo del capitalismo, aunque sin las inmediatas pérdidas de vidas humanas y de recursos materiales de un terremoto de esa magnitud. Estos episodios dramáticos ponen en jaque la idea instalada en el sentido común de que se puede saber qué va a pasar en la economía y que para esa tarea están disponibles los economistas, confusión a la que ha colaborado la corriente de pensamiento ortodoxa.

Hace más de treinta años, John Kenneth Galbraith escribió el libro La era de la incertidumbre, base de una recomendable serie de televisión de la BBC, que ofrecía claves para entender muchos de los interrogantes de la actual época económica y la imposibilidad de hacer predicciones seguras sobre su evolución. La revolución conservadora a mediados de los setenta y el predominio neoliberal en los noventa definieron que el libre mercado sin intervención del Estado disminuiría hasta casi eliminar la incertidumbre, puesto que esa fuerza aseguraría el crecimiento económico y el desarrollo de las sociedades. La sucesión de crisis, la última con epicentro en Estados Unidos y Europa, ha castigado ese triunfalismo y derrumbado la certeza de que son incuestionables esos postulados de desregulación y reducción de la intervención del Estado en la economía. Hoy esa seguridad ha sido sustituida por una gran incertidumbre sobre la evolución de la economía mundial, incrementada en estos días por los efectos aún desconocidos del terremoto en Japón.

El economista Guillermo Rozenwurcel, del Centro de iDeAS-Unsam, escribió un documento sobre la relación entre incertidumbre y política económica, presentado en las Jornadas Monetarias y Bancarias del BCRA de 2008. Explica que para los hacedores de la política económica existe la “incertidumbre acerca del estado de la economía”, que surge por la presencia de información imperfecta. Señala que también enfrentan la “incertidumbre acerca de la naturaleza y persistencia de los shocks”, como un aumento o disminución brusca de los precios de las materias primas, o un terremoto devastador. Y precisa que existe, además, la “incertidumbre acerca de la estructura de la economía”. Esta se refiere a que los “verdaderos” parámetros fundamentales de cualquier economía muchas veces se ven alterados por innovaciones tecnológicas, cambios en la estructura institucional o en el comportamiento de los agentes. “En suma, la incertidumbre genera discrepancias entre el funcionamiento efectivo de la economía y el estimado, tanto por errores de medición en las variables como por errores de especificación (derivados del desconocimiento del carácter de los shocks) o por la inestabilidad de los parámetros en momentos de cambio estructural”. Rozenwurcel plantea que dado que la incertidumbre no tiende a ser la excepción, sino la regla, “vale la pena preguntarse si una regla considerada óptima bajo determinadas circunstancias continúa siéndolo si la estructura de la economía cambia o si una perturbación que se juzgó transitoria resulta ser más persistente”. Luego avanza sobre la influencia de la política como fuente de incertidumbre por inconsistencias y fallas de coordinación, cambios frecuentes de reglas y baja credibilidad en las autoridades. “Al generar incertidumbre, las políticas alteran la conducta de los agentes y, consecuentemente, las condiciones de funcionamiento de la economía”, sostiene, en una referencia crítica a la actual administración.

Esas inferencias políticas no son los aspectos más relevantes de ese documento, aunque interesantes como debate, sino lo que surge de su propia esencia con la siguiente observación: “La incertidumbre no es la excepción sino la regla”, idea que erosiona la base de sustentación de la construcción del pensamiento económico aún dominante a nivel internacional. No se puede saber qué va a pasar, pero igual elaboran predicciones económicas, un sinsentido desde la misma enunciación que realiza ese tipo de economistas. En un escrito compilado en el libro Repensar la economía política el economista Amit Bhaduri, desafía a los representantes tradicionales de esa disciplina al señalar que “como un cuerpo de conocimiento inexacto, la economía exige que seamos intelectualmente modestos, y eso deja poco lugar para visiones inflexibles. Pero sucede exactamente lo contrario”.

En varias de las polémicas que hoy atraviesan la economía argentina se manifiesta ese comportamiento de los profesionales con conocimientos de economía, que tienen amplia difusión en medios locales con eco en embajadas y en el exterior. Conducta que pareciera ignorar que la crisis financiera internacional aún sigue presente y que ahora se agregó la incertidumbre por los impactos que pueda ocasionar en la economía mundial el terremoto en Japón. Bhaduri ofrece algunos conceptos provocativos en ese artículo que tituló “Neoliberalismo: una visión del mundo fracasada”, en referencia a líderes políticos y economistas enrolados en la ortodoxia:

n Es sorprendente que a pesar de la inexactitud de la economía como cuerpo de conocimientos, que debería dejar lugar suficiente para ideologías económicas en disputa, pretendan la convergencia a un punto de vista similar sobre la política económica.

n El síndrome NHA (No Hay Alternativa) se apoderó tanto de la acción como de su imaginación en materia económica.

n Esos economistas estudian las propiedades de la organización del mercado tomando como punto de referencia un mercado de competencia perfecta.

n Con supuestos irreales, que eliminan toda forma de incertidumbre, ya que al desconocer el futuro lo destierran del análisis, pretenden demostrar que existe un conjunto de precios de equilibrio en los mercados igualando oferta y demanda.

n El mainstream de los medios, propiedad o controladas en gran parte por las grandes corporaciones, nos condicionan continuamente a hacer la vista gorda y creer que la economía virtual de las fluctuaciones en el mercado bursátil son noticias más valiosas que la desigualdad social.

Bhaduri plantea que la historia económica pocas veces da respuesta inequívocas, por ese motivo “la teoría económica tiene que desempeñar un rol crítico que impida que nuestro inexacto conocimiento sea utilizado al servicio de la ideología económica” dominante. Describe con precisión el momento de transición del actual debate económico, al indicar que “el neoliberalismo ha salido del escenario (por su fracaso), pero no de las cabezas en un sentido más fundamental (en las sociedades)”. Por esa razón Bhaduri ofrece un consejo oportuno: “Algún conocimiento económico es útil, aunque sea para evitar ser engañados por otros economistas”.

miércoles, 23 de febrero de 2011

La ira de los pueblos....

Este análisis de lo que ha sucedido en Egipto con la derrota de Mubarak y la instalación de las nuevas estructuras de poder que se inclinan por seguir la política del dictador, permeables a los intereses de EEUU y de Israel, que es lo mismo, demuestra que la ira popular sin una dirección política que sepa concretar objetivos acaba generalmente en eso: en una simple explosión de rabia, para que al final todo quede como estaba... sino peor. Una pena la pérdida de vidas humanas y los daños económicos que se produjeron

Egipto: los movimientos sociales, la CIA y el Mossad

James Petras
Rebelión

Traducido por S. Seguí

Los límites de los movimientos sociales

Los movimientos de masas que obligaron a la retirada de Mubarak revelan a la vez la fortaleza y las debilidades de los levantamientos espontáneos.

Por una parte, los movimientos sociales han demostrado su capacidad para movilizar a cientos de miles de personas, quizás millones, en una exitosa lucha sostenida que culminó con el derrocamiento del dictador de una manera que los partidos de oposición y las personalidades preexistentes no pudieron o no quisieron hacer.

En cambio, por otra parte, a falta de un liderazgo político nacional, los movimientos no fueron capaces de tomar el poder político y hacer realidad sus demandas, lo que permitió a los altos mandos militares de Mubarak tomar el poder y definir el post mubarakismo, garantizando la continuidad de la subordinación de Egipto a los EE.UU., la protección de la riqueza ilícita del clan Mubarak (70 millones de dólares), el mantenimiento de las numerosas empresas en propiedad de la élite militar y la protección de las clases altas.

Los millones de personas movilizados por los movimientos sociales para derrocar a la dictadura han sido excluidos en la práctica por la nueva junta militar, autoproclamada “revolucionaria”, a la hora de definir las instituciones y las políticas, por no hablar de las reformas socioeconómicas necesarias para atender las necesidades básicas de la población (el 40% de la población vive con menos de dos dólares al día y el desempleo juvenil asciende a más de 30%). Egipto, como en el caso de los movimientos sociales y estudiantiles populares contra las dictaduras de Corea del Sur, Taiwán, Filipinas e Indonesia, es una demostración de que la falta de una organización política de ámbito estatal permite que personajes neoliberales y conservadores “de oposición” reemplacen al régimen. Estos personajes proceden a establecer un régimen electoral que continúe sirviendo a los intereses imperiales dependientes y defienda el aparato estatal existente. En algunos casos, sustituyen a los viejos compinches capitalistas por otros de nuevo cuño. No es casual que los medios de comunicación alaben la “espontánea” naturaleza de las luchas (no las demandas socioeconómicas) y presenten bajo una luz favorable el papel de los militares (sin tener en cuenta los 30 años en los que han sido un baluarte de la dictadura). Las masas son alabadas por su “heroísmo” y los jóvenes por su “idealismo”, pero en ningún caso se les reconoce como actores políticos centrales en el nuevo régimen. Una vez caída la dictadura, los militares y la oposición electoralista “celebraron” el éxito de la revolución y se movieron rápidamente para desmovilizar y desmantelar el movimiento espontáneo, con el fin de dar paso a las negociaciones entre los políticos liberales electoralistas, Washington y la élite militar en el poder.

Mientras la Casa Blanca puede tolerar o incluso fomentar movimientos sociales que conduzcan al derrocamiento (“sacrificio”) de las dictaduras, tienen todo el interés en preservar el Estado. En el caso de Egipto, el principal aliado estratégico del imperialismo de EE.UU., no es Mubarak, es el ejército, con el que Washington ha estado en constante colaboración antes, durante y después del derrocamiento de Mubarak, asegurándose que la “transición” a la democracia (sic) garantice la permanente subordinación de Egipto a los intereses y las políticas para Oriente Próximo de EE.UU. e Israel.

La rebelión del pueblo: los fracasos de la CIA y el Mossad

La revuelta árabe demuestra una vez más varios fallos estratégicos en instituciones tan cacareadas como la policía secreta, las fuerzas especiales y las agencias de inteligencia de EE.UU., así como en el aparato estatal israelí, ninguno de los cuales fue capaz de prever, no digamos ya intervenir, para evitar esta exitosa movilización e influir en las políticas de sus gobiernos hacia los gobernantes lacayos que estaban en peligro.

La imagen que la mayoría de escritores, académicos y periodistas proyectan de la imbatibilidad del Mossad israelí y de la omnipotente CIA ha sido sometida a una dura prueba, con su fracaso en reconocer el alcance, la profundidad y la intensidad del movimiento de millones de personas que ha derrocado la dictadura de Mubarak. El Mossad, orgullo y alegría de los productores de Hollywood, presentado como un “modelo de eficiencia” por sus bien organizados compañeros de viaje sionistas, no fue capaz de detectar el crecimiento de un movimiento de masas en un país vecino. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se mostró sorprendido (y consternado) por la precaria situación de Mubarak y el colapso de su cliente árabe más prominente, precisamente a causa de errores de inteligencia del Mossad. Del mismo modo, a Washington, con sus 27 organismos de inteligencia además del Pentágono, lo pillaron desprevenido, a pesar de los centenares de miles de agentes pagados y sus presupuestos de miles de millones de dólares, los masivos levantamientos populares y los movimientos emergentes.

Varias observaciones teóricas se imponen. Se ha demostrado que la idea de unos gobernantes ferozmente represivos que reciben miles de millones de dólares de ayuda militar de EE.UU. y que cuentan con cerca de un millón de policías, militares y paramilitares para garantizar la hegemonía imperial no es infalible. La suposición de que mantener vínculos a gran escala y largo plazo con tales gobernantes dictatoriales salvaguarda los intereses imperiales de EE.UU. ha sido refutada.

El globo de la arrogancia de Israel y la presunción de superioridad judía en materia de organización, estrategia y política sobre “los árabes”, ha sido seriamente pinchado. El Estado de Israel, sus expertos, sus agentes encubiertos y sus académicos de las mejores universidades estadounidenses permanecieron ciegos a las realidades emergentes, ignorantes de la profundidad del descontento e impotentes para evitar la oposición masiva a sus clientes más valiosos. Los publicistas de Israel en EE.UU., que no suelen resistirse a cualquier oportunidad de glosar la “brillantez” de las fuerzas de seguridad de Israel tanto si se trata de asesinar a un líder árabe en Líbano o Dubai o bombardear una instalación militar en Siria, se quedaron temporalmente sin habla.

La caída de Mubarak y el posible surgimiento de un gobierno independiente y democrático significarían que Israel podría perder su principal aliado policial. Una opinión pública democrática no va a cooperar con Israel en el mantenimiento del bloqueo de Gaza ni condenar a los palestinos a morir de hambre para quebrar su voluntad de resistir. Israel no podrá contar con un gobierno democrático para respaldar sus violentas ocupaciones de tierras en Cisjordania y su régimen títere palestino. Tampoco podría contar EE.UU. con un Egipto democrático para respaldar sus intrigas en Líbano, sus guerras en Iraq y Afganistán o sus sanciones contra Irán. Por otra parte, el levantamiento de Egipto ha servido de ejemplo para otros movimientos populares contrarios a otras dictaduras clientes de EE.UU. en Jordania, Yemen y Arabia Saudí. Por todas estas razones, Washington apoyó el golpe militar con el fin de dar forma a una transición política de acuerdo con su gusto y sus intereses imperiales.

El debilitamiento del principal pilar del poder imperial de EE.UU. y del poder colonial israelí en el Norte de África y Oriente Próximo ponen de manifiesto el papel esencial de los regímenes colaboradores del Imperio. El carácter dictatorial de estos regímenes es un resultado directo del papel que desempeñan en defensa de los intereses imperiales. Y los grandes paquetes de ayuda militar que corrompen y enriquecen a las élites dominantes son las recompensas por su buena disposición a colaborar con los estados imperiales y coloniales. Dada la importancia estratégica de la dictadura egipcia, ¿cómo explicar el fracaso de las agencias de inteligencia de EE.UU. e Israel para anticipar las revueltas?

Tanto la CIA como el Mossad colaboraron estrechamente con los servicios secretos de Egipto y se basaron en ellos para su información, confiando en sus conformistas informes, según los cuales todo estaba bajo control. Los partidos de oposición son débiles, están diezmados por la infiltración y la represión, sus militantes languidecen en la cárcel o sufren fatales “ataques al corazón” a causa de severas “técnicas de interrogatorio”, afirmaban. Las elecciones fueron manipuladas para elegir a los clientes de EE.UU. e Israel, de modo que no hubiera sorpresas democráticas en el horizonte inmediato o a medio plazo.

Los servicios secretos egipcios son entrenados y financiados por agentes israelíes y estadounidenses, y tienen una natural tendencia a complacer la voluntad de sus amos. Eran tan obedientes para producir informes que complacieran a sus mentores, que ignoraban cualquier información sobre un creciente malestar popular o la agitación vía Internet. La CIA y el Mossad estaban tan incrustados en el vasto aparato de seguridad de Mubarak que fueron incapaces de obtener cualquier otra información sobre los movimientos populares, descentralizados y florecientes, todos ellos movimientos independientes de la oposición electoral tradicional que controlaban.

Cuando los movimientos de masas extraparlamentarios estallaron, el Mossad y la CIA contaban con el aparato estatal de Mubarak para tomar el control a través de la típica operación de la zanahoria y el palo: dar concesiones simbólicas transitorias y sacar a la calle al ejército, la policía y los escuadrones de la muerte. A medida que el movimiento crecía de decenas de miles a cientos de miles y a millones de personas, el Mossad y los principales congresistas estadounidenses partidarios de Israel instaban a Mubarak a “aguantar”. La CIA se limitó a presentar a la Casa Blanca los perfiles políticos de funcionarios militares fiables y de personajes políticos flexibles, “de transición”, dispuestos a seguir los pasos de Mubarak. Una vez más, la CIA y el Mossad demostraron su dependencia del aparato estatal egipcio para conseguir información sobre quién podría representar una alternativa viable pro estadounidense e israelí, haciendo caso omiso de las exigencias elementales de las masas. El intento de cooptar a la vieja guardia electoralista de los Hermanos Musulmanes a través de negociaciones con el vicepresidente general Omar Suleiman fracasó, en parte debido a que los Hermanos Musulmanes no tenían el control del movimiento y en parte debido a que Israel y sus seguidores estadounidenses se opusieron. Por otra parte, el ala juvenil de los Hermanos presionó para que la organización se retirara de las negociaciones.

Los fallos en materia de inteligencia complicaron los esfuerzos de Washington y Tel Aviv de sacrificar el régimen dictatorial para salvar el Estado: ni la CIA ni el Mossad tenían vínculos con ninguno de los nuevos líderes emergentes. Los israelíes no pudieron hallar ningún “nuevo rostro” que tuviera un seguimiento popular y que estuviera dispuesto a desempeñar el poco decoroso papel de colaborador de la opresión colonial. La CIA había estado totalmente comprometida en el uso de los servicios secretos egipcios para torturar a sospechosos de terrorismo (las “entregas extraordinarias”) y en la vigilancia de los países árabes vecinos. Como resultado, tanto Washington como Israel buscaron y promovieron el golpe militar para adelantarse a una mayor radicalización.

En última instancia el fracaso de la CIA y el Mossad para detectar y prevenir el surgimiento del movimiento democrático popular pone de manifiesto la precariedad de las bases del poder imperial y colonial. A largo plazo, no son las armas, los miles de millones de dólares, la policía secreta, ni las cámaras de tortura las que deciden la historia. Las revoluciones democráticas se producen cuando la gran mayoría de un pueblo se alza y dice “basta”, toma las calles, paraliza la economía, desmantela el Estado autoritario y exige libertad e instituciones democráticas sin la tutela imperial o la sumisión colonial.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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