jueves, 20 de marzo de 2008

NUEVAS REALIDADES EN TORNO AL RADAR EN CHEQUIA

El comentarista de del diario checo Pravo, Alexandr Mitrofanov, analiza las negociaciones de Washington con Moscú sobre el radar que los EEUUquieren instalar en la Rep. Checa:


¿Otra vez se trata sobre nosotros sin nosotros? El diablo tal vez lo sepa. Las primeras noticias de las negociaciones de los secretarios de Estado y de Defensa de los EEUU en Moscú en relación con las bases de radar y misiles afirman que no llegaron a acuerdo alguno. Inmediatamente el diario ruso Kommersant ofreció una versión distinta. Al parecer a los rusos el tema les deja fríos. Tienen, sin embargo, ciertas condiciones: En los silos polacos no se instalarían misiles hasta que en Europa no se tenga la certeza de un peligro eminente por parte de Irán. El radar en Chequia no estaría habilitado técnicamente para rastrear el territorio y espacio aéreo rusos. Los especialistas rusos deberían tener acceso a las bases militares estadounidenses instaladas en Polonia y Chequia.
El diario Kommersant asegura que el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, prometió a los rusos que esos acuerdos los plasmará EEUU en el papel “esa misma noche”. El acuerdo podría ser firmado por Bush y Putin en la cumbre de abril en Bucarest.
Aún en el caso de que este diario ruso sirviera tan solo como un canal oficioso del Kremlin, de una cosa podemos estar seguros, de que Moscú y Washington están negociando cuestiones que afectan directamente la soberanía de Polonia y Chequia. Y yo me pregunto: ¿Por qué Mirek Topolanek, de repente, es tan moderado en los últimos días en relación con Rusia? Por lo visto está apoyando a Bush, no se atreve a decir esta boca es mía. Lo que pasa es que los demás, nosotros, no sabíamos nada de este enjuague.
Si los presidentes de los EEUU y Rusia firman realmente un acuerdo que contemple el visto bueno de Washington con la presencia de inspectores militares rusos en territorio checo, ¿cuál puede ser la reacción de la escena política checa? O dicho de otra manera: ¿Es posible que alguien pueda impedir después la aprobación del radar estadounidense en la Asamblea Legislativa checa?
Esperemos con estos pronósticos hasta que se conozcan los resultados de las negociaciones estadounidenses-rusas. La noticia difundida por el Kommersant puede servir tan solo como medio para desplegar una guerra diplomática. Sin duda, para los rusos desde su punto de vista sería mejor que en Europa central no se instalaran las proyectadas bases de radar y cohetes antimisiles.
Además no esta claro si tuvieron tiempo de decir a Putin, el papel que juega Topolanek, así que no necesariamente debe tener una idea clara de la situación. Tal vez por eso no se apresure a tomar una decisión estratégica con el Gobierno de un personaje que a duras penas está culminando su cargo de presidente con el alivio generalizado de que, gracias a Dios, termina su mandato.
En las tierras checas mientras tanto se discute cuantos millones recibiría el repentino clarividente diputado dela oposición por ayudar al Gobierno a Washington a instalar el radar en este país. ¿Qué son solo ideas malintencionadas? Puede ser. Nada se puede hacer con el hecho de que si un tal individuo apareciera y se excusara con “ciertas tradiciones familiares”, “con el amor a América”, “con el odio a Rusia”, o de que “su esposa le echaría de casa”, la sospecha de que hay mucho dinero por medio no se la quitaría nadie. Existe, sin embargo, una solución que convendría a todas las partes. A la nueva Administración estadounidense y a la Unión Europea con la OTAN, a Rusia , también a la oposición checa y al propio Gobierno checo que se quitaría un gran peso de encima: que la Asamblea Legislativa no aprobara la instalación del radar. mf

jueves, 6 de marzo de 2008

El 17 de noviembre fue la fecha clave

EL 17 DE NOVIEMBRE FUE LA FECHA CLAVE

El 17 de noviembre en la historia checa se ha convertido en una fecha clave. La compresión de los acontecimientos de los últimos casi 20 años en este país nos obliga a ahondar brevemente en el ya pasado lejano. El pacto de Munich permitió a la Alemania nazi ocupar este país el 15 de abril 1939, convirtiéndolo en el Protectorado de Bohemia y Moravia y crear en Eslovaquia el régimen clero-fascista aliado de Hitler. El 17 de noviembre de 1939 la población estudiantil de Praga y las principales ciudades del país se manifestaron contra la ocupación alemana como protesta por la muerte del estudiante Jan Opletal. Aquellas manifestaciones fueron sangrientamente aplastadas y sirvieron como pretexto a las autoridades alemanas para cerrar todas las universidades y escuelas superiores y desplegar una campaña represiva contra todos los representantes de los círculos intelectuales checos que no se resignaban a aceptar la ocupación del país.
Esta fecha, hasta hoy día, es reivindicada por todas las tendencia políticas sin excepción. Siempre se celebró durante los años del régimen comunista y se sigue recordando hasta hoy día en que se ha convertido en día festivo.
Durante los más de 40 años del régimen socialista en Checoslovaquia se celebró esa fecha cada año y nunca representó un peligro para el régimen. Tan solo el 17 de noviembre de 1989, la marcha de unos centenares de jóvenes por las calles de Praga, reprimida por la fuerza pública, marcó el comienzo del fin, el detonante de una bomba de tiempo que sacó a las calles a millones de ciudadanos en todo el país pidiendo un cambio. En principio nadie tenía una idea clara de qué cambios habrían de producirse. Lo que si tenía claro todo el mundo es que ya estaban hartos del régimen del Partido Comunista. En los días siguientes todo el mundo pudo ver cómo la dirección comunista tuvo que ceder, ante la imposibilidad de reprimir por la fuerza aquel clamor popular, y culminó con la entrega del poder y la instauración del disidente Vaclav Havel como primer presidente no comunista de la nueva era el 29 de diciembre de ese año. Se formó rápidamente la plataforma política Foro Ciudadano (OF) que negoció con el PC las condiciones para la toma del poder. Aquel pacto no llegó a respetarse como se vio después. Checoslovaquia no podía quedar al margen de lo que estaba pasando en los demás países socialistas. El régimen comunista ya no podía contar con el respaldo que recibió en 1968, cuando el intento de democratización de la “Primavera de Praga” fue aplastado por la intervención militar del Pacto de Varsovia. Estaba claro que el desmoronamiento del llamado Campo socialista era irreversible y los dirigentes comunistas checoslovacos no se atrevieron o tuvieron la suficiente cordura para no poner resistencia a las demandas populares. Ya estaban rotos todos los hilos del poder del Partido único... la fecha del 17 de noviembre fue tan solo el momento clave para poner en movimiento el proceso de desmantelamiento del régimen socialista. Comenzó así la gran aventura de restaurar el régimen capitalista en un país acostumbrado a la vida fácil del Estado paternalista, férreamente centralizado, que daba trabajo a todo el mundo, que había creado un sistema social de supervivencia que permitía a los ciudadanos no caer en la indigencia. A cambio tenían que renunciar a su individualidad, a pensar por su propia cabeza y a respetar el orden establecido mostrando así su total lealtad y sumisión al régimen. Con la caída del régimen levantaron cabeza los que durante 40 años no tuvieron derecho a voz y mucho menos a voto. Los antiguos “burgueses” reclamaron sus viejas propiedades expropiadas, para lo cual los gobiernos de la “revolución de terciopelo” se preocuparon de votar las leyes que permitieran esas restituciones de bienes confiscados. La propiedad privada se convirtió en dogma incuestionable de la nueva sociedad. Se inventaron formas extrañas, como la privatización por cupones, para entregar como fuera a manos privadas todo...todo había sido propiedad estatal durante 40 años. La falta de un marco jurídico propicio fue aprovechado por aquellos que vieron la posibilidad de convertirse en los capitanes de la nueva economía capitalistas sin haber aportado nada..en el mejor de los casos tal vez un poco de buena fe. Economistas de gran prestigio no dudan en calificar esa “privatización” como el “mayor robo del siglo”. “Era necesario crear como fuera el nuevo sector privado de la economía, poco importa de donde viene el dinero..el dinero no tiene olor ni color”, aseguraba el gran gurú de aquella privatización....el actual presidente Vaclav Klaus. Esas malas prácticas de aquellos años se manifiestan hoy en el quehacer político, donde las decisiones políticas en cualquiera de los tres poderes, el Ejecutivo, el Legislativo o el judicial están precedidas de extrañas coincidencias y “acuerdos secretos”. Prácticas que dejan a la actual democracia checa en un gran entredicho, en donde los políticos cuentan con un prestigio cada vez más deteriorado que pone en seria duda el futuro del pluralismo parlamentario y de la democracia misma.

domingo, 2 de marzo de 2008

¿A quién le debe medallas?

¿A quién le debe medallas?

El ex ministro del Interior del anterior Gobierno socialdemócrata, Frantisek Bublan escribe en el diario Pravo un comentario sobre las medallas entregadas por el primer ministro Mirek Topolanek a los hermanos Masin durante su reciente visita a los EEUU.

“Por más que me esfuerzo no encuentro razón alguna por la cuál el primer ministro Topolanek entregó medallas a los hermanos Masin. Por sus declaraciones deduzco que lo hizo porque se levantaron con las armas en mano contra el régimen totalitario y se fueron en busca de libertad. En este caso el primer ministro tiene que repartir aún muchísimas medallas. En mi opinión deberían recibir medallas todos los que entre 1948 y 1989 abandonaron Checoslovaquia y se instalaron en el mundo libre. Todos los que de alguna manera fueron capaces de traspasar la frontera estrictamente vigilada, bien a pie, en trenes de carga, por vía aérea e incluso utilizando el ala delta, todos los que para fugarse aprovecharon diferentes viajes de negocios o las vacaciones en la ex Yugoslavia.
Tengo no obstante mis dudas de cómo tratar por ejemplo los casos de Ivan Medek o Jaroslav Hutka y otros parecidos que fueron obligados a abandonar nuestro país. No querían irse pero los agentes de la Seguridad Estatal les obligaron a hacerlo. Hutka hubiera querido más bien seguir escribiendo canciones protesta, Medek quería seguir organizando en casa seminarios filosóficos y difundir literatura prohibida (samizdat). No obstante a la luz del caso de los Masin, los que tuvieron que abandonar el país por la fuerza deberían recibir al menos un diploma donde constara su cobardía.
¿Y qué hacer en el caso de mi amigo y sacerdote Frantisek Lizne, quién durante el intento de traspasar la frontera permitió que le detuvieran, no se defendió debido a que no tenía con qué y ni siquiera hubiera sabido cómo, así que le condenaron a muchos años de presión en la cárcel de Bory? ¿Qué tendría que recibir de Topolanek por no ser capaz de defenderse?
Yo entonces era un regular oyente de la Voz de América y Europa Libre. De Ivana Medka oía sus comentarios, de Hutka sus canciones, de otros recibía literatura y samizdat. De los hermanos Masin nunca recibí nada y ni siquiera oí hablar nada de ellos.
La mayoría de la gente se ha enterado del acto de entrega de las medallas a los Masin con gran desconcierto o simplemente lo condena directamente. En todo esto algo huele mal o simplemente no nos gusta. Me satisface esa actitud intuitiva general, pero no me gusta para nada esa actitud simplona y vana del primer ministro. mf