viernes, 18 de diciembre de 2009

PREMIO NÓBEL DE LA PAZ 2009 Y SUS PROYECTOS DE GUERRA

El mismo día en que el Sr. Obama, y en visita solemne va a recibir los catorce ataúdes de otros tantos soldados norteamericanos, muertos en la guerra de Afganistán, leo en prensa estadounidense y publicada en español; lo que sigue:

“El Presidente Obama promulgó la Ley de Autorización de Defensa Nacional por 680.000 millones de dólares, el mayor proyecto de ley de gastos de este tipo. La ley incluye fondos para la ocupación de Irak y Afganistán y modifica el sistema de comisiones militares de Guantánamo. El proyecto comprende diversas medidas de gastos militares a los que Obama se había opuesto, entre ellos, 560 millones de dólares para un nuevo caza F-35 Joint Strike Fighter, que el Pentágono había rechazado. En total, el proyecto aumenta el gasto en 24.000 millones de dólares con respecto al último año fiscal”. La noticia es más amplia y la pueden leer en http://www.democracynow.org/es/2009/10/29/titulares#3

Reparen que la cifra es monstruosa, puesto que son “seiscientos ochenta mil MILLONES de dólares” para continuar las guerras allí donde interese a estos políticos (dudo que la mayoría de norteamericanos estén de acuerdo con todo ello) que camuflan la realidad con la tan prostituida palabra de “defensa”; cuando la realidad imperante es “el ataque”; que es lo que hicieron en Vietnam; o sea lo mismo que han hecho en Irak y Afganistán; donde según se ha publicado, tratan de situar nada menos que 60.000 soldados más (sesenta mil).

Hay que señalar que aparte del ejército norteamericano, allí hay destacamentos (si bien muy minoritarios en relación a USA) de gran cantidad de países, que se han visto “forzados” a colaborar, con hombres, armas y pertrechos; pero que en total componen un ejército bastante numeroso y a los que están diezmando y acorralando en sus reductos defensivos; puesto que (ya lo he comentado en otros artículos) esos territorios son endiabladamente complicados y la realidad es que son incontrolables. Los pueden machacar desde el aire o largas distancias, pero ocuparlos y controlarlos nunca lo podrán, como tampoco lo pudo la potentísima URSS, en su momento y a pesar de tener allí varios cientos de miles de hombres y muy bien pertrechados.

¿Qué está ocurriendo y va a seguir ocurriendo? Ya lo estamos viendo; un reguero de cadáveres que van volviendo a sus países, amén de los que vuelven heridos o inválidos. No olvidemos la cantidad enorme de habitantes civiles que están siendo masacrados y que maldita la gracia que les hará esa guerra, puesto que son las víctimas masivas de unos y otros. Pero hay más y ese más es la debilidad de muchos soldados, que llevados allí “por vete a saber que promesas, señuelos o mentiras”, llegados al teatro de la guerra, flaquean y simplemente se suicidan; y ese es otro gran drama y problema que tiene que cargar a sus espaldas “estos políticos guerreros”, que en realidad nada arriesgan de su pellejo: veamos datos oficiales.
SUICIDIOS: “El Pentágono admite que aumenta el número de suicidios en filas del ejército, alcanzando niveles críticos. La cifra de suicidios admitidos ha crecido sostenidamente, pasando de menos de 100 en 2005, según un informe, a casi 200 en 2008, con similar número de afectados entre los veteranos de Irak y los de Afganistán”: (Ami Goodman) 27-10-2009 (spanish@democracynow.org )

¿Con qué moral y bajo que argumentos nos pueden convencer estos guerreros de la trastienda? Sólo con mentiras, puesto que allí lo que se ventila o dirime, no es otra cosa que los intereses de las multinacionales del petróleo, del armamento, de las drogas y vete a saber cuantas cosas sucias más.

Visto todo ello... ¿Cómo Obama aún no ha dicho que renuncia a ese indigno galardón que le han regalado unos irresponsables nórdicos, que de paso deshonran a Alfredo Nóbel? Yo no lo entiendo en absoluto... ¡¡Tan podrido está ya todo!!

El testamento de Nóbel se inicia así: “La totalidad de lo que queda de mi fortuna quedará dispuesta del modo siguiente: el capital, invertido en valores seguros por mis testamentarios, constituirá un fondo cuyos intereses serán distribuidos cada año en forma de premios entre aquéllos que durante el año precedente hayan realizado el mayor beneficio a la humanidad”. ¿Tiene Obama el mérito suficiente como para que se le entregue ese premio? No, absolutamente no.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen.ciudad.org (allí más temas)


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No hagas a nadie ni a nada vivo... nada que tú no quieras te hagan a tí... así vivirás más feliz y morirás más tranquilo. AGF

domingo, 6 de diciembre de 2009

La breve memoria de Obama

Explicaciones repetidas
Por Juan Gelman
Barack Obama tardó 92 días en decidir, sin sorpresa para algunos y con desilusión para muchos: enviará 30.000 efectivos más a Afganistán, serán ahora 100.000, y prometió que en 18 meses comenzará a retirarlos (lati mesblogs.latimes.com, 1-12-09). El enemigo que amenaza la seguridad de EE.UU. –subrayó, y parecía W. Bush– es Al Qaida, una opinión que no comparte, o no compartía, su asesor en materia de seguridad nacional, general (R) James Jones: “Ha disminuido mucho la presencia de Al Qaida (en Afganistán), se estima que tiene, como máximo, menos de cien hombres operando en el país, carecen de bases y de la capacidad de lanzar ataques contra nosotros o nuestros aliados” (http://email.seznam.cz/redir?hashId=2870763786&to=http%3a%2f%2fwww%2ehuffintonpost%2ecom, 4-10-09). Es una estimación que comparten la Comunidad de Inteligencia y el Pentágono (abcnews.go.com, 2-12-09). ¿Entonces?
El costo del aumento ascenderá a 30.000 millones de dólares, es decir, un millón de dólares anuales por soldado, y valdrá 300 millones la vida de cada terrorista de Al Qaida que se mueve en Afganistán. Funcionarios del Pentágono y de la Casa Blanca se apresuraron a justificar de manera anónima semejante exageración: declararon que cien miembros de Al Qaida pueden hacer “muchísimo daño” y sugirieron que los talibán “obedecen sus órdenes”. Hace un año decían que éstos habían roto todo vínculo con las redes de bin Laden (edition.cm.com, 6-10-08). ¿Entonces?
El presidente estadounidense apuntó: “En los últimos años, el talibán ha hecho causa común con Al Qaida, ambos tratan de derribar al gobierno afgano”. No aclaró que sus fines son diferentes: la causa del primero es la destrucción en el territorio continental de EE.UU.; la del último, el derrocamiento del gobierno de Karzai y la retoma del poder. Obama incurrió en una curiosa omisión: “Es bien conocido el agudo debate sobre la guerra de Irak y no hay necesidad de reiterarlo ahora”. El presunto arsenal de armas de destrucción masiva en poder de Saddam Hussein pasó al olvido.
Barack Obama anunció el incremento de las fuerzas armadas norteamericanas en un discurso pronunciado en West Point ante un auditorio militar que sólo lo aplaudió dos veces y sucintamente. Comparó la guerra de Vietnam con la de Afganistán: y rebatió a quienes dicen que la última es como la primera: “Arguyen que no se puede estabilizar al país y que mejor sería poner fin a nuestras bajas mediante una retirada rápida. Este argumento es producto de una lectura falsa de la historia. A diferencia de Vietnam, estamos acompañados por una amplia coalición de 43 naciones que reconocen la legitimidad de nuestra acción”. Esta afirmación pasa por alto el hecho de que tropas de Canadá, Francia al principio, Australia, Corea del Sur, Taiwán, Nueva Zelanda, Tailanda y la España de Franco combatieron junto a EE.UU. en Vietnam. En efecto, hay lecturas falsas de la historia.
El mandatario afroamericano amplió el tema: “A diferencia de Vietnam, no estamos enfrentando a una insurgencia de amplia base popular”. ¿Para qué enviar más tropas, entonces? Funcionarios de inteligencia especulan que hay varios centenares de terroristas de Al Qaida en Pakistán y Obama aseveró: “Estamos en Afganistán para prevenir el cáncer que una vez más se extiende desde ese país. Pero el mismo cáncer se ha instalado en la región limítrofe de Pakistán y por eso necesitamos una estrategia que funcione a ambos lados de la frontera”. ¿Qué entrañaría ese funcionamiento eficaz? ¿Una invasión a Pakistán, dada la notoria incapacidad de acabar con su propia insurgencia que Islamabad exhibe?
“Pocos días después del 9/11 –manifestó Obama– el Congreso autorizó el uso de la fuerza contra Al Qaida y contra aquellos que lo amparan, una autorización que sigue en pie hoy.” Recoge así el legado de W. Bush para insistir en aventuras bélicas. “Es fácil olvidar que cuando comenzó esta guerra (los estadounidenses) estábamos unidos por la memoria aún fresca de un ataque horrible y por la determinación de defender nuestra patria y los valores que apreciamos. Me niego a aceptar que no podamos reconstruir esa unidad.” ¿Con base en el mismo miedo que W. y su equipo sembraron entonces? La sociedad norteamericana no parece dispuesta.
“Las palabras del presidente suenan vacías para ellos”, titula Los Angeles Times del día siguiente al del discurso; “ellos” son miembros de una organización de familias de militares, reunidos frente a un televisor para escucharlo. “Cuando el comandante en jefe sugirió que los críticos se equivocaban al comparar el esfuerzo militar en Afganistán con la guerra de Vietnam, varios se carcajearon”, testimonia el periodista Louis Sahagun. Cunde el desánimo entre quienes votaron a Obama creyéndolo pacifista. Es natural: les espera la pérdida de sus seres queridos.

Mi nota anexa: Tal vez en su fuero interno Obama esté actuando a contrapelo, rechinando los dientes. En realidad está preso del sistema y es el precio que tiene que pagar por ser presidente del estado más fuerte del mundo y por ser negro. También puede ser que conscientemente actúe así para superar ese complejo de “raza inferior” que los negros estadounidenses llevan como un estigma por haber llegado a América encadenados para servir como esclavos, aunque observo que en EEUU se han conseguido grandes progresos en el tema del racismo en las últimas décadas. Es el sistema que sigue dominando en los EEUU desde el momento mismo de su independencia de Inglaterra... Las famosas trece colonias, desde entonces, han ampliado sus territorios a más de 9 millones de kilómetros cuadrados (De eso tienen mucho que hablar los mexicanos). Una expansión basáda en la violencia y prepotencia, con total falta de escrúpulos para respetar los más elementales principios de la justicia y de los "derechos humanos", que tanto propagó en su momento el ultrarreaccionario presidente Reagan, de tan triste recuerdo. Es la misma política que practican hoy día los halcones de la violencia en Israel... Estado creado, entre otras cosas, para ser punta de lanza en la región y perpetuar y ampliar su influencia.. Al menos así veo yo las cosas. Miguel.