domingo, 27 de abril de 2014

Reviven heroicidad de las Brigadas Internacionales
La vida de cada participante en la gesta antifascista española es una novela
Andrés Ruiz
 
Periódico La Jornada
Sábado 26 de abril de 2014, p. 32
Cuando Adrián Bodek, excelente fotógrafo y nieto del capitán de sanidad Günther Joaquín Bodek, organizador y director del Centro Médico para las Brigadas Internacionales que participaron en la Guerra Civil española (situado en Benicassim, Castellón de la Plana, Valencia), planeó el libro Memorias vivas, ignoraba aún que el homenaje que quería rendir a su abuelo devendría historia viva.
El propósito inicial era averiguar, con cuantos contactos pudo, dónde estaban los sobrevivientes de ese capítulo heroico de la gesta antifascista española, quería retratarlos, dejar constancia de su individualidad, rescatarlos del anonimato para dotarlos de rostro y, a través de su imagen, integrar un mosaico que se levantara como un monumento a la generosidad sin parangón que significó viajar desde muy distintos puntos de la Tierra para jugarse la vida en defensa de la libertad.
Así planteada, la tarea resultó mucho más compleja y sinuosa de lo que Adrián pensaba; cumplirla significaba viajar por medio mundo para reunirse, a veces sólo por breves minutos, con alemanes, ingleses, serbios, holandeses, estadunidenses, austriacos, checos, en fin, la sinfonía planetaria que formaron aquellos integrantes de los batallones internacionalistas que combatieron al lado de la República como voluntarios en la Guerra Civil de España.
El caso es que, como bien dice Juan Miguel de Mora en su testimonio, la vida de cada integrante de las Brigadas Internacionales es una novela, pero como esta tarea era cosa más que imposible, Adrián Bodek recogió, junto a las imágenes que captó con maestría, una breve sinopsis de la vida, de la misión y del destino de cada uno de esos combatientes.
Espléndido resultado
Todos los testigos nacieron antes de la década de los 20 del siglo pasado, algunos murieron en el lapso en que se terminó de producir el libro y ya no vieron el espléndido resultado final en el que cada uno de ellos colaboró decisivamente, pero su imagen es una poderosa presencia, un ineludible testimonio de su espíritu indoblegable.
Ana Pérez, presidenta de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales, en su discurso del 22 de octubre 2011, al inaugurarse el monumento conmemorativo de esta gesta, en la Ciudad Universitaria de Madrid, sintetiza inmejorablemente esa historia: “Estos voluntarios, de 53 países de todo el mundo, ‘de este país, del otro, del grande, del pequeño’, como cantaba Rafael Alberti, dejaron constancia de la grandeza, de la solidaridad internacional en la lucha contra el fascismo y en defensa de la libertad. No importa de qué tierras se proceda cuando la patria es una para todos, del mismo modo que el idioma no importa, porque los hombres libres hablan una misma y única lengua. Por eso abandonaron sus países de origen y vinieron a España a defender la libertad del mundo”.
La presentación de este libro inigualable se llevará a cabo el próximo martes (29 de abril) a las 18 horas en el Centro Cultural de España en México, situado en Guatemala 8, Centro Histórico (atrás de la Catedral Metropolitana), con la participación de Juan Miguel de Mora, brigadista; Carmen Tagüeña, presidenta del Ateneo Español de México; Laura González, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Adrián Bodek.

domingo, 6 de abril de 2014

Las vías secretas para la conquista del poder en los tiempos que corren.

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JPEG - 25.7 KB Haciéndose llamar «Delta», este veterano de las fuerzas armadas israelíes dirige un comando militar durante el golpe de Estado de Kiev.
Su nombre de guerra es «Delta». Es uno de los jefes militares de la «revolución ucraniana» aunque, como él mismo declara, no se siente ucraniano. Bajo el casco lleva la kipá. La historia nos la cuenta la agencia de prensa judía –con sede en Nueva York– después de haberlo entrevistado bajo condiciones de anonimato, fotografiándolo en uniforme de camuflaje y chaleco blindado, con el rostro cubierto por gafas oscuras y una bufanda negra [1].
Delta es un veterano del ejército de Israel, especializado en combate urbano en la brigada de infantería Givati, fuerza que participó en la operación «Plomo Fundido» y en otras acciones contra Gaza, como la masacre de civiles perpetrada en el barrio Tel el-Hawa. A su regreso a Ucrania, hace varios años y como hombre de negocios, formó y entrenó –con otros ex militares israelíes el pelotón «Cascos azules de Maidan», aplicando en Kiev las técnicas de combate urbano ya puestas a prueba en Gaza.
Su pelotón, según declara Delta a la JTA, está a las órdenes de Svoboda, un partido que detrás de su nueva fachada conserva su matriz neonazi. Precisamente para tranquilizar a los judíos ucranianos que se sienten amenazados por los neonazis, Delta afirma que la acusación de antisemitismo que pesa sobre Svoboda es una «idiotez».
La presencia en Ucrania de especialistas militares israelíes se confirma con la información, proveniente de la JTA y de otras agencias judías, de que varios heridos en los enfrentamientos con la policía en Kiev fueron enviados de inmediato a hospitales israelíes, por supuesto, para impedir que alguien pudiera revelar identidades incómodas. Como las identidades de la gente que entrenó y armó a los francotiradores que, con los mismos fusiles de precisión, dispararon en la plaza Maidan contra los manifestantes al mismo tiempo que contra los policías –alcanzados casi todos en la cabeza.
Estos hechos arrojan una luz nueva sobre la manera como se preparó y se realizó el golpe de Estado de Kiev. Bajo la dirección de Estados Unidos y la OTAN, a través de la CIA y de otros servicios secretos, se procedió al reclutamiento, financiamiento, entrenamiento y entrega de armas a los militantes neonazis que asaltaron los edificios gubernamentales en Kiev, antes de pasar a ser institucionalizados como «Guardia Nacional».
Documentos fotográficos que circulan en estos días muestran a jóvenes militantes neonazis ucranianos de UNA-UNSO entrenados en 2006 en Estonia por instructores de la OTAN que les enseñan técnicas de combate urbano y utilización de explosivos para la realización de sabotajes y atentados. [2].
Es exactamente lo mismo que ya hizo la OTAN en tiempos de la guerra fría para garantizar la formación de la estructura paramilitar secreta que hoy se conoce como «stay-behind », bajo el código «Gladio» [3]. Esa estructura también estuvo activa en Italia, donde se entrenaron –en Camp Darby, base estadounidense cercana a la ciudad de Pisa, y en otras bases– diversos grupos neofascistas que se prepararon para la realización de atentados y de un posible golpe de Estado. Una estructura militar análoga fue creada y utilizada ahora en Ucrania, recurriendo también a la participación de especialistas israelíes.
Pero el golpe de Estado no habría tenido éxito si la OTAN no hubiese garantizado previamente la complicidad de la jerarquía militar ucraniana formándola durante años en el NATO Defense College y en el marco de «operaciones de paz» dirigidas por la alianza atlántica. No es difícil intuir que, detrás de la red oficial, se haya conformado una red secreta. Y fue así como las fuerzas armadas ucranianas obedecieron la orden de la OTAN de «mantenerse neutrales» mientras se desarrollaba el golpe de Estado. Posteriormente, quienes asumieron la dirección de esas fuerzas armadas fueron Andrei Parubiy, cofundador del partido nacional socialista rebautizado Svoboda, quien fue nombrado secretario del Comité de Defensa Nacional y, ahora en traje de ministro de Defensa, el contralmirante Igor Tenjukh, vinculado a Svoboda.
Lo más probable es que ya esté en marcha la campaña de depuración (o de eliminación) de los oficiales considerados no confiables. Mientras tanto, la OTAN, que de hecho ya se anexó Ucrania, declara que el referéndum en Crimea es «ilegal e ilegítimo».
Manlio Dinucci