lunes, 5 de mayo de 2008

El radar tiene problemas

El comentarista del diario Pravo, Jan Keller, se ocupa en su nota del lunes 5 de mayo de la fracasada firma del acuerdo sobre la base militar de radar en la Rep. Checa con los EEUU. Con la ironía mordaz que siempre le distingue explica el por qué la jefa de la Diplomacia estadounidense no vino a Praga el 5 de mayo como se había anunciado y titula su nota:

Cuando el amigo fiel no tiene tiempo

El 5 de mayo debería haberse inscrito con letras de oro en la historia de la soberanía de la Rep. Checa. El primer ministro y todo el Gobierno ya esperaban con sumisa reverencia y sonrisita servil para, en un plano de igualdad, firmar finalmente con nuestro aliado el acuerdo que nos permitiría proteger a los Estados Unidos.
Todo estaba ya cuidadosamente preparado para la firma del acuerdo cuyo contenido – como suele ser costumbre en los países democráticos – no lo conocen ni siquiera los legisladores de la cámara de diputados del Parlamento.
Todo el país esperaba con enorme exaltación. Todo un año había tardado la compaña en la que participaron las mayores estrellas del arte nacional y de la multinacional de la industria del tabaco explicando a la opinión pública cómo funciona el radar y por qué sus radiaciones son muy benéficas para la salud humana.
Algo pasó en el último momento. Por suerte el aliado de Washington avisó a nuestro Gobierno con unos días de antelación. Podrán imaginarse la cara que hubieran puesto Mirek Topolanek (primer ministro) y Martín Bursik (ministro para el Medio Ambiente) en el caso de que, después de muchas horas de espera en el aeropuerto de Ruzyñ, el jefe de turno les comunicara que esa noche ya no se esperaban ningún vuelo.
Se desconocen las razones por las que la Secretaria de Estado anulara su viaje a Praga y el Primer Ministro, como de costumbre, las conoce en el último momento. La versión oficial de la cancelación del viaje de Condoleeza Rice es que en Praga podría entretenerse tan solo medio día. Esta versión pone a la primera dama de la Diplomacia estadounidense como una persona a la que no basta medio día para que ser capaz de firmar el acuerdo. Créalo usted si puede.
Ya en el invierno, antes de volar a los EEUU, Mirek Topolanek declaró que el acuerdo estaba prácticamente terminado. Todo esto revela claramente que debieron surgir ciertos problemas. Por aquel entonces Topolanek declaró también que Praga coordinaría al máximo sus pasos con Polonia. Desde entonces no hemos oído hablar nada en relación con Polonia. Podemos pensar que la falta de tiempo de la señora Rice debe tener alguna relación con el tema polaco.
Así que no nos queda otro remedio que tener paciencia y, lo que es más importante, esperar que el ministro de Exteriores checo, Karel Schwarzenberg, cuyo proverbial servilismo ha sido rechazado con tanta frialdad, no declare públicamente que renuncia al cargo si Condeleeza Rice no viene a Praga tampoco en junio para dejarse proteger. Eso ya sería demasiado...